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BOLDWOMAN SERIES_ CECILIA VALES #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA


¿Quién es Cecilia?

Pues mira, yo creo que Cecilia es una soñadora empedernida, un poco revolucionaria y un tanto feminista.

¿Cómo fue crecer en tu casa?

Mi casa fue un lugar bastante seguro y amoroso para crecer. Nunca tuvimos carencia de nada; pero desde chiquita, fue chistoso, yo tenía esta cosita de: “¿Por qué yo tengo y los demás no tienen?”. Me acuerdo perfecto cuando era chiquita, mi abuelita tenía una tienda de telas, y yo para ganar dinero, iba y le ayudaba a barrer la calle. Ella me daba 20 pesos; entonces de esos 20 pesos, yo me quedaba con 10 e iba a la panadería y con los otros 10 compraba bolillos (un tipo de pan mexicano) y se los regalaba a la gente en la calle. Hasta que un día una persona no me recibió el bolillo y me dijo: “Yo no quiero el bolillo, dame el dinero”. Yo regrese súper traumada con mi mamá a decirle: “Oye mamá pero por qué no quiere el bolillo” y mi mamá me dijo: “Son unos desagradecidos. Tú sigue haciendo lo que haces”. Pero con los años aprendí que muchas veces no se trata de lo que nosotros creemos que necesita la gente, ¿no? Es un proceso mucho más profundo. Tú no puedes llegar a un lugar diciendo: “Oye tú necesitas esto”. Cuando ayudamos a las comunidades te das cuenta de eso. Primero tienes que conocer a la gente y sus necesidades reales. No podemos llegar a imponer. Entonces fue una gran lección (te estoy hablando de cuando tenía 10 años).

¿Cuál es tu relación con el deporte?

Para mí el deporte siempre ha sido algo... que soy yo, ¿me entiendes? Toda la vida el fútbol ha sido mi pasión. Era como un espacio donde me podía sentir yo misma, un espacio seguro, sin miedo a nada; era mi espacio donde podía hacer y deshacer.

¿Qué significa ser una mujer tan apasionada al fútbol en un país tan machista como lo es México?

Pues es difícil. Yo tenía la suerte de que no era tan mala, entonces los niños me dejaban jugar con ellos. Pero sí, siempre fue como una cuestión de “eres una machorra porque juegas fútbol y porque te gustan los deportes de niños”. Siempre ha sido muy difícil y más como dices en un país donde el machismo es lo que rige.

De chiquita te enseñan que todos podemos jugar al fútbol pero cuando empiezas a crecer y el cuerpo cambia, te sacan de ese lugar; entonces creces viviendo el fútbol hasta un cierto punto, cuando ya no es una cosa de niñas.

¿Qué es lo más difícil de ser mujer deportista?

Yo creo que hay muchas cosas. Socialmente, lo que es y no aceptado. Hay deportes que tienen un estereotipo femenino por ejemplo si haces ballet o nadas pues muy bien pero no me digas que juegas rugby “eso no juegan las niñas”. ¿Juegas futbol? Haz de ser lesbiana, ¿no? Hay mucha cuestión sobre el estereotipo sexual y el deporte no define ese tipo decisiones.

Cuéntanos de tu proyecto She Wins México.

Yo siempre he tenido la suerte de tener acceso a la educación, la cual me parece una de las cosas más importantes siendo mujer, en este caso, porque no tenemos el mismo acceso a la educación como los hombres y también, siempre he tenido la oportunidad de hacer el deporte que he querido hacer; si yo dije en mi casa quiero jugar futbol, me llevaban al fútbol, yo dije quiero hacer kick boxing, me llevaban a darle patadas al dummi, si yo dije, quiero jugar tenis, jugaba tenis, entonces yo sé el poder que ese acceso o posibilidad tiene en la vida, yo sé cómo te hace sentir crear espacios donde estas segura, en los que puedes ser tú misma, en los que te empoderas, en los que puedes llegar a ser líder y descubrir cuáles son tus valores.

A mí me gustaría que todas las mujeres en México pudieran tener este mismo acceso a lo que yo tuve y es de ahí de donde nace la idea de She Wins México: ¿Cómo yo puedo hacer que niñas en situaciones no tan favorecidas como las mías puedan tener este acceso?

¿Cómo fue ese proceso?

Difícil (risas), porque existen muchas trabas en el sentido de dónde consigues el dinero para hacer y dónde consigues un equipo de gente comprometida que crea en esto. Muchas veces tienes que picar piedra; son muy pocas las mujeres que en México hoy en día, se dedican a empoderar a través del deporte. Ir creando tu tribu en lugar que te sientes sola, es muy muy complicado.

Cuéntame cómo funciona esa ecuación de educación más deporte igual a empoderamiento.

A mi me parece que es un suma muy fácil que se vuelve una ecuación porque en el momento en que el no tener acceso al deporte, a la educación, tú estas dejando a la mitad de tu población afuera, esto te afecta de una manera social, política y económica. Pero, en el momento que tú empieces a incluir a las niñas, estas niñas van a ser las mujeres y las mamás de nuestra sociedad, entonces el efecto multiplicador es impresionante porque en el momento en que tú le cambias la vida a una niña, de manera indirecta estas afectando a 4 personas más; entonces tiene un poder que muchas veces toma mucho tiempo ver y nosotros somos una sociedad que hoy por hoy, no tenemos la paciencia de esperar a ver los resultados. Sin embargo esto es algo que va a empezar a dar frutos, frutos que, te lo digo, hasta aumentarán el PIB del país.

Cuáles son esos valores que se adquieren a través del deporte, específicamente el futbol, que tú usas como herramienta esencial.

Muchos, pero principalmente considero que te da un sentido de pertenencia que es muy importante, sobre todo, siendo mujer. De que tú tengas un espacio como mujer que es tuyo y que no tengas que compartir con un niño. Te enseña acerca de la disciplina y la frustración porque en esta sociedad nos enseñan que siempre hay que ganar y que si no ganas eres un fracasado. El deporte, al contrario, te enseña a que muchas veces tienes que intentarlo y que a la primera no va a salir pero que lo que cuenta en la vida es el proceso, el camino para llegar ahí; después de patear el balón quinientas veces, vas a meterlo. Es entonces un aprendizaje de cómo fallas pero fallas cada vez mejor y eso es lo que te lleva al éxito. También te enseña mucho de la hermandad, de cómo al final todos somos iguales: en las canchas no hay razas, no hay sexo, no hay religión, no hay color de piel, no hay lugares socioeconómicos, todos somos iguales.

¿Cómo combates la cultura machista en México?

Hay muchas formas pero una que me parece esencial es usando como herramienta a los papás. Muchas veces tú como papá y me refiero específicamente al hombre, ves a tu hija jugar futbol y te sientes muy orgulloso de ella pero luego tus cuates empiezan a decir “es que tu hija se va a volver lesbiana, es que tu hija es una machorra, se va a lastimar, no es un juego delicado para niñas”. Pero en el momento en que tú te vuelves un abogado y hablas en nombre de las mujeres, las ideas que tiene la gente cambian y creo que también es el ejemplo que vamos dando poco a poco cuando tú vas viendo cómo estas niñas se van empoderando, se vuelven líderes, gente que lleva a la sociedad hacia un lugar positivo.

¿Qué es lo más transgresor que has hecho?

Tratar de romper estas barreras, con los años aprender quién soy y cuando alguien trata de hacerme para bajo, parar y decir: “las cosas no son así”. Y yo estoy luchando para que todas las niñas y las mujeres en este país entiendan que tienen esta fuerza y pueden llegar a ser lo que quieran ser. Ahora, eso a veces es un poco complicado porque es luchar contra muchas cosas y contra ti, pero el hecho de parar y decir: “esto es lo que soy” y exigir que lo respete la gente, es importante.

¿Cómo definirías la feminidad?

Yo creo que la feminidad… híjole esa es buena… yo creo que es incorrecto poner una etiqueta porque hay mujeres que se maquillan y hay otras que no les gustan y eso no te quita la feminidad… yo creo que es el poder interno que a veces callamos. La feminidad es nuestro poder interno.

¿Crees que el sistema nos tiene miedo a las mujeres?

Yo creo que el sistema se desarrolló de tal manera que no sabe cómo manejar a las mujeres, creo que eso crea miedo y confusión.

¿Dónde se manifiesta tu masculinidad?

Creo que va a sonar muy a estereotipo pero creo que muchas veces las mujeres no levantamos la voz porque creemos que debemos estar sentaditas, calladitas y vernos bonitas y yo creo que nunca he sido eso. Creo que yo siempre he levantado la voz y he dicho lo que opino, lo que quiero, entonces creo que mi masculinidad se refleja en eso, en la manera de comunicar: un poco muy apasionada a veces (para los ojos de los demás).

¿A qué mujer admiras?

A mi abuela. Ella enviudó cuando mi mamá, que es la mayor, tenía 18 años, pero logró crear un imperio de telas, que en su época que una mujer llevara un negocio sola era complicadísimo. Es una mujer súper tezonuda, súper fuerte, con una voluntad de hierro. Si ella dice sí en su cabeza no hay nada que le diga que no.

¿Qué le dirías a Cecilia 10 años atrás?

Le diría que se tome el tiempo de conocerse a sí misma, sus pasiones y lo que ella valora en la vida.

¿Qué lección no olvidas?

Creo que te arrepientes más de las cosas que no haces de las que sí haces. El miedo muchas veces nos petrifica y a veces nos impide actuar por las cosas que nos apasionan. Creo que es más importante actuar y no quedarte en ese lugar seguro.

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Una canción Tonight tonight, Smashing Pumpkins

Un libro Eva Luna, Isabel Allende

Un apodo que odiaste MariCeci

¿Qué es la sexualidad? Libertad

¿El pudor? Miedo

¿El aborto? Decisión personal

¿La seguridad? Un santuario.

¿La felicidad? Un proceso

¿La religión? Conexión o corto circuito

Un sabor Limón

Una frase ”Nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira” Ramón de Campoamor

Una parte del cuerpo La sonrisa

¿Qué te enamora? La inteligencia.

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Sigue su proyecto en: She Wins Mexico

Gracias Cecilia!

@MyGrlstory

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