- 6 feb 2018

ESTEFANÍA TAPIAS

¿Quién es Estefania?

¿Quién soy yo? Soy una persona a la que no le gusta estar en un sitio durante mucho tiempo. Me gusta estar cambiando de ambiente y de lugares, me gusta interactuar con personas nuevas, diferentes, aprender de ellas y del día a día. Valoro mucho la amistad. Intento vivir una vida sostenible. Soy vegetariana hace 7 años. Me dicen que soy científica peor yo no me lo creo para nada, a veces pienso que soy la peor científica del mundo. Me gusta romper con métodos tradicionales. El pensamiento científico ha sido un gran reto -medir, estructurar, teorizar-, creo que disfruto mucho más de llevar las cosas a cabo, de aplicarlas... Es una pregunta muy difícil, nunca me la habían hecho.

¿Qué haces Estefí?

Reparto mi tiempo en 3 cosas. El trabajo… Para mí el trabajo es hacer lo que más me gusta: trabajo en sostenibilidad y el sentir que puedo ayudar y generar un impacto positivo me llena y me gusta creerlo así. Me gusta hacer voluntariados, apoyar propósitos en los que creo y que se pueden extender conociendo nuevas personas que luego se vuelven familia. Y lo tercero sería compartir mi tiempo con familia y amigos.

¿Cómo fue crecer en tu casa?

Bueno, yo soy la más joven de 4 hermanas. Conviví con sólo 3, la mayor no vivió con nosotros. Crecimos siendo muy independientes. Mis padres trabajaban tiempo completo e intentaban mantenernos ocupadas. Nunca llegué a mi casa a ver televisión, o por lo menos no es algo que recuerde. En vacaciones cuando ellos trabajaban, nos mandaban a viajar solas a donde la familia. Lo que más nos cultivaron fue la independencia, cosa que hoy en día me ha ayudado muchísimo. Creo que no sufro de “attachments” -apegos-. Obvio extraño a mi familia pero no como una dependencia. Recuerdo también que nos enseñaron a compartir, todo lo de mis hermanas era mío y viceversa. Eso me marcó porque engendramos un sentido de colectividad, comunidad y de hacer algo por el bien común. Me considero una persona tranquila, creo que viene de esa relación estrecha con mis hermanas, con ellas teníamos una mini comunidad en casa.

¿Qué tipo de crianza frente al ser mujer te dieron?

Lo bueno fue que al crecer, ser mujer o hombre era lo mismo. Para mí, mis padres eran lo mismo en el sentido de cómo se esforzaban -trabajo, tiempo con familia, etc-. Ellos eran mis modelos a seguir, independientes el uno del otro y los roles de papá y mamá no estaban tan marcados. Por otro lado mis hermanas siempre fueron muy exitosas, buenas en el colegio… No sólo tenía un modelo a seguir con mis padres, sino con mis hermanas. En un punto tuve que distanciarme porque seguir esos pasos parecía demasiado (risitas). Afortunadamente o gracias a dios -siempre digo gracias a dios y no se por qué (risas)- no tuve que pensar en esos esquemas. Ser mujer o ser femenina, no iba más allá de lo que yo podía entender por mí misma.

¿Cómo definirias hoy la feminidad?

Ser femenina o ser inteligentemente femenina es combinar varios aspectos. Creo que está muy alejado de los conceptos clásicos relacionados a lo que podemos hacer o como nos vemos. Puedo ser todo lo que quiero, investigadora, querida, amable, bonita sin tener que encasillarlo en un género.

¿Cómo es el ser mujer en un gremio como el científico?

Tengo que decir que en este gremio si hay más hombres que mujeres pero la verdad nunca me he sentido en desventaja o he sido acosada de ninguna forma por mi condición de género. En lo personal tuve mucha suerte, mi jefe tiene 3 hijas y su trato con las mujeres se ve reflejado por ello. Es pro feminismo hasta más no poder, desde su punto de vista el futuro son las mujeres, dice que somos muy “aterrizadas”.

Recientemente te nombraron en la Revista Forbes como una de las 30 mujeres por debajo de los 30 años que sobresalen en Europa. Cuéntanos de que se trata tu proyecto y cómo fue recibir esta noticia.

El proyecto en el que trabajo ahora está basado en mi proyecto de doctorado. Hace énfasis en ciudades tropicales y confort térmico. Mi ciudad de estudio fue Barranquilla y durante dos años investigué para llegar a un indicador de cómo el cambio climático está afectando la ciudad. Desarrollé un método de comparación de datos cualitativos y cuantitativos. Me fue muy bien, recibí mucha ayuda y gracias a eso, se replicó el método para un proyecto ahora en Singapur de ciudades futuras. Hace un año la oficina de relaciones internacionales de la universidad -ETH Zürich- me contactó para postularme. Yo la verdad jamás pensé que iba a quedar, habían tantos proyectos sobresalientes e increíbles -cura contra el cáncer, inteligencia artificial- que era una imposibilidad. Fueron muy claros que esta nominación era simplemente eso, una nominación. La verdad me pregunté mucho el por qué me habían escogido. Paso un buen tiempo y Forbes me contactó para pedirme información, lo que siempre especificaban era que eso era sólo una rutina y que no aseguraba nada (risitas). Yo siempre les mandé todo, pero jamás lo imaginé. La semana pasada salió la lista y yo no tenía idea. Mi ego estaba por el piso. Un amigo me felicitó y al contarme no lo podía creer. Fue muy emocionante, aunque pensé que me habían puesto por equivocación. Después de un buen rato lo asimilé. Ha sido un shock. Yo tengo una teoría del porque me escogieron: 1. Por el hecho de ser mujer en este gremio. Como ya lo dije no somos muchas. 2. Por trabajar en un tema tan sexy actualmente como lo es el cambio climático. 3. Por venir de un país como Colombia, por ser latina. Y por último por estar trabajando con el laboratorio en Singapur. Quizá me eligieron no por al investigación en sí, sino por lo que represento, tiene sentido y es un gran honor.

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-La combinación es perfecta, pero nos llena de orgullo esta postulación. Felicidades Estefanía-.

¿Cuál es tu posición frente al cambio climático?

Científicamente es una realidad. Si los países no hacen algo frente a la implementación de soluciones, cada vez será más difícil y crítico. Las cosas funcionan muy lento frente a las políticas públicas, además que muchas personas son escépticas -o les conviene no creerlo- y eso dificulta lo que se puede hacer en este momento. Lo que me gusta mucho de estar en este tema, es que el emprender en este tema e innovar no sólo se limita a los gobiernos. Hay muchas empresas privadas y personas interesadas en hacer cosas que de alguna forma empiezan a forzar las mismas políticas. Por el lado de la ciencia hacerse escuchar es más difícil, pero el hecho que haya un interés del mercado lo hace más viable.

¿Qué retos se viene para ti profesionalmente?

Me gustaría salir un poco de la ciencia, y hacer algo más práctico. No solo ver las cosas en la teoría sino en la realidad. Creo que es el momento para hacerlo y es lo que buscaré.

¿Cómo ves a Colombia frente al cambio climático?

Todo esta vinculado a la política y cómo el gobierno las desempeña. Por ejemplo acá en Suiza, el ciudadano es muy activo y siempre se tiene en cuenta su opinión y en darle prioridad a las investigaciones para luego implementarlas es sano y necesario. Creo que en Colombia se saltan un poco este paso, y es por ello que las cosas son un poco más caóticas.

¿Qué inspira a Estefanía a levantarse todos los días?

(Risas) Me has hecho preguntas tan difíciles. Mmmm. Saber que va a pasar, la curiosidad, que voy a conocer, que voy a aprender.

¿Qué mujeres te inspiran?

Mi mamá, no ha sido perfecta, pero el hecho de ser tan trabajadora y seguir sus sueños siempre me ha inspirado. También mis amigas, que hacen cosas increíbles, no necesariamente son famosas, pero que son un ejemplo en mi vida. Tengo una amiga muy positiva y logra verle el mejor lado a la vida, creo, por ejemplo, que esa es una gran virtud. Y mujeres en el mundo, admiro mucho a Helen Clark, jefe de la UNEP y ex primer ministra de Nueva Zelanda y Jacinda Ardern -Primera Ministra de Nueva Zelanda- (Nueva Zelanda es un país excepcional). Ardern es una mujer joven, capaz, mente abierta y de avanzada. Admiro que sea tan joven y esté dónde está.

¿Crees que ser mujer en un país como Suiza es muy diferente a ser mujer en Colombia?

Si y no. Te vas a sorprender con lo que te voy a contar. Suiza fue una de las últimas regiones en el mundo donde la mujer pudo votar -1971-. Creo que lo que eso trae es complejo. Creo que se siente un machismo profesional. No entienden que una mujer sea exitosa profesionalmente. Personalmente no lo he vívido, estoy rodeada de comunidad internacional, pero tengo amigas cercanas que viven esto y que me cuentan que el ambiente laboral incluso entre las mismas mujeres es de tensión, precisamente porque no muchas llegan a posiciones de poder y por ello compiten mucho. Hay un fenómeno muy particular en Suiza. El servicio militar que dura 3 años es como un club para hombres. Ellos fortalecen ese “brotherhood” -comunidad- constantemente y se apoyan mucho en el ambiente laboral. Mientras que las mujeres no tienen esos espacios. Nunca pensé que eso existiera acá. De igual forma, creo que hay una buena oportunidad para trabajar en eso, y eso es precisamente lo que queremos hacer con una amiga, unir a las chicas y visibilizar que hay otras formas de hacer las cosas.

¿Qué entiendes tu por empoderamiento?

Para mí es tratar de hacer entender que las mujeres somos capaces de hacer lo que nos propongamos y que bajo ninguna circunstancia dejemos de hacerlo. Es recordarnos que siempre somos capaces.

¿Cuál es tu pócima secreta para enfrentar tus mayores retos?

Mmm. (Silencio) Pensar que ya he sido capaz de hacer cosas que para mí eran imposibles antes, mi doctorado, por ejemplo. Creo que recordar que todo lo que he hecho ha sido posible, me motiva y para mí han representado retos muy grandes.

¿Cuál es tu mayor miedo hoy?

Pensar que en 20-30 años me descarrile de mi objetivo. Quiero poder ser consecuente.

¿Qué le dirías a la Estefanía de hace 5 años?

No te tomes todo tan enserio (Risas).

¿Cómo vives tu belleza?

Me siento bella. Creo que tiene que ver con que busco espacios para mí: hacer ejercicio, comer bien, verme bien. Me gusta reír, vivir. Busco una vida saludable.

¿Cuáles serían tus 3 consejos más útiles frente al tema de cambio climático?

1. Hacer un poco de investigación para saber como puedes aportar.

2. Ser consecuente con lo que se predica.

3. Tener un compromiso con la comunidad, no sólo con uno mismo.

Si no crees en dios, ¿en qué crees?

En las energías, en el universo.

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