BOLDWOMAN SERIES_ JENNIFER SAENZ #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA
¿Quién es Jennifer Saenz?
Es un ser muy complejo. En la vida real empecé siendo abogada. Mi papá siempre me dijo “quiero que seas abogada, que saques adelante el tributario”. Y yo siempre quise hacer algo más que ser abogada, me gustaba el periodismo, investigar… y mi papá me decía, vas a morirte de hambre haciendo eso. Por otros medios, apliqué a una beca y pude hacer la maestría, la terminé y me di cuenta que me encantaba. En ese transcurso de tiempo creé un personaje que se llama Socorro Porro para generar empatía con la gente y hacer una especie de crítica, sin que pareciera un regaño. Cuando uno se pone una caracterización tiende a bajar o atenuar la tensión entre el que uno está entrevistando o a quien le esté diciendo las cosas. Me gustaba poder hacerlo de esa manera, para evitar una denuncia de injuria o calumnia (risitas). Porque después uno dice “te robaste esa platica” y es diferente si lo dice Jennifer o el personaje (pues no se sabe si es tan en serio). Uno termina haciendo una veeduría ciudadana a partir de eso. Lo que quería con el personaje era cambiar paradigmas de pensar y de ver.
¿Por qué haces lo que haces?
Es una pregunta bien difícil. Me comencé a dar cuenta —esto es medio espiritual—, pero ¿Cuál es el propósito que uno tiene en su vida? Yo no sé por qué estas cosas uno no se las pregunta desde que tiene 4 años, pero me lo empecé a preguntar después, ¿dios mío qué quieres que yo haga? Yo no quería ir a una oficina, ganarme un sueldo y pagarme un apartamento. Quería hacer algo realmente diferente y quiero terminar transformando algo a mi alrededor. No sé, así sea a mis vecinos o familia, porque a veces uno tiende a pensar que va a cambiar el mundo pero no sé si en la practica pueda uno cambiar a tantas personas. Pero sí me gustaría cambiar formas de pensar de la gente. Socorro no solamente hace entrevistas sino que tiene campaña de cultura ciudadana. Me gustaría cambiar hábitos de la gente para convivir en comunidad, uno convive, no vive. Tenemos que vivir en sociedad y al estar tan espichados, las reglas para vivir tienen que ser más claras. Tenemos que pensar en el otro, ser más conscientes. Desde hacer uso de un baño público hasta coger transporte. Todo funciona en comunidad. He tenido muchas ramas con Socorro, pero ahí empezó todo.
¿Qué te motiva a levantarte todos los días?
Esta misma transformación. No es fácil. Uno no siempre se levanta súper animado diciendo “Hoy voy a cambiar el mundo...”. Uno tiene altas y bajas. A veces me levanto y digo “lo que estoy haciendo no sirve de nada”, otras digo “pucha, tengo que cambiar yo misma muchas cosas para poder dar ejemplo y empezar a hacer” y es difícil, uno tiene que transformar y cambiar desde adentro, y eso cuesta porque es disciplina. No siempre se pueden hacer cosas buenas todo el tiempo, pero cuando me acuesto pienso “ojalá mañana pueda hacer muchas cosas y pueda impactar a mucha gente”.
¿Qué es lo mejor de ser Socorro Porro?
Lo mejor de ser Socorro es que es más conocida que Jennifer (risas). Es lo máximo. ¡La gente se sorprende cuando hace la relación! También es chévere ser Jennifer porque tengo la otra vida paralela.
¿El reto máximo hasta el momento para Jennifer o Socorro?
El reto más difícil es que todo esto ha sido un proyecto que me ha tocado hacerlo sola. Escogí dejar mi carrera para seguir mi proyecto de vida. Digamos que muy pocas personas me han apoyado en esto. Es difícil tocar puertas. Afortunadamente han habido personas que me han ayudado a hacer muchas cosas para salir adelante. Pero necesito de más apoyo para hacer todo lo que sueño. El éxito de todo esto no es ganar plata, sino en apostarle a este sueño, cueste lo que cueste.
¿Qué es la feminidad para ti?
La feminidad tiene que ver con dulzura, emprendimiento y toda la fortaleza del mundo. Yo creo que nos caracteriza el ser guerreras; somos más valientes que los hombres (risitas). Sacamos familias enteras adelante, salimos a trabajar, tenemos hijos…
¿Alguna mujer que admires?
En Política: Hilary Clinton y la esposa de Obama, —se me olvido el nombre (risitas)—, Michelle. Son mujeres que han estado cerca del poder, pero en “su sitio”. Encarrilan a su pareja sin perder protagonismo, y son brillantes. Siento que es un perfil muy admirable.
¿Qué piensas del rol de la mujer en la política?
Hay dos prototipos de mujer en la política. La mujer que se agarra con todo el mundo y la que no es respetada. Hacen falta más mujeres en el intermedio. Creo que no hay necesidad de pelear para llamar la atención, pero sí hace falta que se evidencie más realmente a aquellas que están interfiriendo en hacer un cambio.
¿Cómo ves a las mujeres paradas en el mundo?
Yo creo que estamos en una época muy privilegiada. Tenemos mas accesos. No por tener algo más, sino porque se nos están reconociendo nuestros derechos. Aunque faltan muchas cosas: salarios en relación a los hombres, el tema de la maternidad y sobretodo falta apoyarnos entre nosotras, tener empatía de género.
¿Que opinas de la competencia entre mujeres?
Nos falta mucho camino por recorrer. Nos vemos como una amenaza. No debería ser así… obvio, pero eso también se enseña desde casa. Es empezar a ser conscientes y dejar de hablar y envidiar lo otro. Es construir. Uniéndonos podríamos ser muy poderosas.
¿De dónde crees tu que viene esta competencia?
Yo creo que socialmente nos han inculcado la rivalidad. Siempre ha habido un tema de competencia y tiene que ver con la crianza. Es una réplica de lo que se ve en la casa. Claramente podemos cambiar nosotras mismas. El machismo también lo propagamos nosotras cuando ponemos un rol a nuestros hijos o a las personas en la sociedad: Tu hijo no tiene que jugar carros y la niña no tiene que lavar platos, me explico. Uno no va a perder la feminidad por no usar rosado, yo me ponía las camisetas de mi hermano (risas).
¿Crees que el sistema nos tiene miedo?
Las mujeres somos muy talentosas. En la historia no habíamos tenido tantas oportunidades de educarnos y espacios para interactuar: políticos, sociales, empresariales. En el momento en que pudimos hacerlo empezamos a generar un cambio y eso asusta.
¿Qué sientes que es lo más transgresor que has hecho?
Pu... es lo más transgresor que he hecho… (risitas) ha sido crear a Socorro Porro. Al principio decía “dios mío qué he hecho”. Usar peluca, hacerlo en acento argentino, mamar gallo… Esa forma de transformar y hacer algo disruptivo lo hice a través de mi personaje, por lo menos si la embarro es ella y no yo. Uno se escuda en eso. Es liberador.
*** Pausa. Sale Socorro Porro.
¿Quién es Socorro Porro (fuera de personaje)?
Siempre pensé en las personas extrañas con las que uno pasa tiempo. Taxistas, peluqueros y manicuristas. El primero ni modo, el segundo, nadie me pondría la cabeza… voy y lo trasquilo (risas)… Quedaba ser manicurista. Uno nunca toca a su entrevistado por respeto, pero cuando uno tiene contacto la relación cambia por completo. También las manos son algo muy íntimo, dicen mucho de la gente. Cuando te hacen las manos tienes la atención en quien te las hace. No tienes de otra.
Socorro Porro
¿Quién es Socorro Porro (personaje)?
Manicurista, que llegó a Colombia hace un rato. Empecé a trabajar en los juzgados y ahí conocí a tanto político que se roba… Interesante… Empecé como mecanógrafa, esto existía antes, pero ahí me di cuenta de que el tema de las manos era muy importante. Entre otras en Colombia hay más peluquerías por metro cuadro que escuelas. Este es el negocio, entonces dije: “Aquí hay que ser manicurista”. También fui masajista a domicilio.
¿Por qué Socorro hace lo que hace?
A mí me encanta hablar con la gente. Si yo pudiera los retendría por mil años. Los retengo mientras dura el manicure. Nadie se puede ir. Nadie se va a ir con media uña pintada. Durante los 45 minutos que dura la manicura usted tiene que esperar y si yo pregunto usted responde.
¿Qué historias busca Socorro?
Las de la gente buena. Pero los políticos tienen poco de eso. Los políticos siempre tienen un discurso predeterminado. Para eso les limo un poco más duro, para sacarlos de su zona de confort y ahí les pregunto lo que no tienen planeado y me responden más ameno.
¿Qué piensa Socorro de las mujeres?
Ay, las mujeres somos un desastre a veces, la verdad. Entre nosotras mismas, estamos unas encima de otras. Esto debería cambiar radicalmente. Somos un gran número de personas que queremos cambiar el mundo de diferentes maneras.
¿Cómo cambiaría el mundo Socorro?
Miren, yo, el personaje que quisiera entrevistar, como dicen las tías “honra, gloria, vida” es al Papa. Y preguntarle cuáles son las virtudes que uno tiene que tener para ser alguien grande y transformador en la vida. Tengo una campaña de cultura ciudadana que se llama la Urbanidad de Socorro, no se si se acuerdan de la Urbanidad de Carreño, pero aquí es al estilo Socorro, que es como “vení, tenés que transformar las cosas con lo positivo”.
¿Qué opinas de los hombres que se hacen las uñas?
Mucho hombre es virgen del manicure. No han pasado por la lima. Al senador Robledo, le daba pavor la lima. Se destiempla con la lima y yo pensaba “no se destiempla en el congreso…” (risas).
¿Una mujer que hayas encontrado interesante?
Mujeres he entrevistado de todo tipo. Camila Zuluaga tiene su corazoncito. Clara López tiene una uña larga, pero fue la primera en pedirme florecitas en las uñas —y yo no había tomado ese curso—. Pero así interesante, me gustan los casos que cuentan procesos personales y cuentan denuncias a partir de eso. Las que se atreven a divulgar y sobretodo en temas de violencia de género. Me gustan las historias con valentía.
¿Qué es lo que más ama Socorro de ser mujer?
Lo que más me gusta, es que puedo tocar a todos los hombres (risas). Y no como morbosidad, sino como un medio para acercarse a tener una entrevista más personal.
¿El punto débil de Socorro?
¿En los hombres, o en donde? (Risas).
*** Se quita la peluca. Volvemos con Jennifer.
¿Un suceso que haya cambiado tu vida?
Después de estudiar derecho. En ese momento me di cuenta que no quería ser abogada. Le dije a mi papá “quiero ser periodista” y me dijo: “¡No!”. Ahí dije “no sé como voy hacer para salir adelante pero lo voy hacer”.
¿Por ser mujer es más difícil hacer lo que haces?
Nunca se me ha dificultado, por el contrario siento que ayuda.
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Una canción Es muy ñoña: Mediterráneo, Joan Manuel Serrat
Un libro Memoria por correspondencia, Emma Reyes
Un apodo que odiaste Jenni.
¿Qué es la sexualidad? Un deber
¿El pudor? Una opción
¿El aborto? Una opción
Un sabor Nutella
Una frase Nada te espante nada te turbe, con dios todo basta.
Religión Diferente a religiosidad
Amor Lo cura todo
Autoestima Lo que hay que tener bien puesto
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Sigue su proyecto en: Socorro Porro
Nos divertimos mucho. Es bueno encontrarse con un personaje o dos. Muchas gracias Jen.
@MyGrlstory