BOLDWOMAN SERIES_ KATHERINE GAILER #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA
¿Quién es Katherine Gailer?
Katherine Gailer es una artista visual, una mujer de Colombia que en el momento vive en Melbourne, Australia y se dedica básicamente a la expresión artística. (www.katherinegailer.com)
¿Por qué Australia?
Decidí irme hace 7 años para empezar a estudiar allá artes visuales, terminé esta carrera y después hice una maestría en gestión cultural y administración de artes.
Sabemos que tu arte gira en torno a las mujeres, ¿qué te hizo irte por ese camino?
La verdad es que todo empezó desde que era muy niña. Yo empecé dibujando digamos que intuitivamente, y un tema recurrente en lo que hacía era retratos de mujeres y niñas. Esto se fue desarrollando y cuando ya empecé a estudiar artes visuales me di cuenta de que es un tema que va muy profundo dentro de mi, entonces empecé a investigar el por qué de ese interés, y de ahí nació toda una investigación acerca de la complejidad de la mujer actual y dentro de esta mujer actual su memoria histórica que trae todo este viaje de opresiones, estigmatización y que luego entra en un proceso fuerte de liberación, de reconstrucción…
¿Te identificas con ese proceso de reconstrucción, de reconocimiento?
Yo creo que sí. No solamente crear ha sido importante, sino también investigar me ha formado muchísimo. Me he dado cuenta de que YO SOY las ideas que nacen durante la creación y el proceso investigativo, me veo reflejada en esto, en todo este acto de crear. Cuando estaba más niña no tenía una identidad femenina muy definida, en especial durante mi adolescencia; lo que era femenino no iba mucho conmigo, no lo sentía, y esto no quería decir que no me gustaran los hombres, pero al mismo tiempo no encajaba en esa feminidad que ya estaba establecida. Con el tiempo por medio del arte y retratando mujeres de diferentes edades y lugares del mundo, empecé a descubrir una identidad femenina fantástica, que está en constante flujo, es dinámica, puede ser todo y puede ser nada ¿no? Ahí empecé a descubrirme yo y a empezar a aceptar todo esto que trae ser mujer.
¿Cuál es esa motivación para trabajar con y por las mujeres?
Todos estos procesos de retratos de mujeres reales en un espacio de realismo mágico, que es lo que yo trabajo —la realidad mágica de una persona—, son procesos que traen empoderamiento de este personaje con el que empiezas a trabajar. Me motiva reencontrar esta esencia femenina y reencontrar un balance entre lo masculino y lo femenino que obviamente se ha perdido...Que esté enfatizada en las mujeres no quiere decir que no respete con todo mi corazón a los hombres, porque he encontrado que son el gran balance de ser una mujer empoderada.
Entonces sí, tengo un interés de preservar la naturaleza, la semilla. Yo creo que las mujeres tenemos un rol esencial en esta preservación, somos seres con un instinto poderosísimo, ¿no? Nos conectamos de una forma muy especial con la naturaleza y la vida. Así que eso me motiva a seguir empoderando a mujeres y a empoderarme a mí misma y a seguir en este proceso de unión, porque creo que las mujeres hemos sido separadas y fragmentadas para debilitarnos precisamente. Pienso que por medio de estos procesos artísticos hay una gran posibilidad de admirar a otras mujeres, de unirte a otras mujeres y entender sus experiencias: La mujer es experiencia, no se puede definir —ese es el camino al que voy. Por medio de los retratos, lo que siempre pienso mientras pinto, mientras me encuentro en un estado meditativo, es que se trata de honrar al otro: al hombre, a la mujer, a la vida, a los animales, a la naturaleza, lo que comemos, ¿no? Creo que el arte es una buena forma de hacer honra a lo que sea que estemos retratando. Además se convierte en un medio sanador, el poder verte reflejado en algo, en alguien, en una situación o en una realidad paralela.
Como tu dices, somos el balance entre lo masculino y lo femenino. ¿Dónde crees que está tu masculinidad?
Uy pues... en mi caso yo siempre he sido muy consciente de que la tengo bastante desarrollada (risas). Es chistoso, pero siempre me he sentido un poco más masculina que femenina... ¿Dónde? En mi forma de hablar, a veces en la forma en que me muevo, algunas veces soy bastante radical... pero después está toda esta parte femenina que me identifica de una forma fuerte. No sé... cosas específicas no sabría decirlas, yo creo que van de la mano… Me dejaste pensando... Creo que se me sale cuando me relaciono con un hombre, pero no con mi pareja, sino con un parcero... Como que se me sale ese niño (risas).
Dentro de tu trabajo artístico, ¿cuál ha sido tu mayor reto?
Creo que uno de los retos que siempre he pensado ha sido en cómo llegar a diferentes generaciones, por lo general tengo muchos retratos de mujeres de mi edad o alrededor de mi edad porque son quienes me rodean. Tengo muchas ganas de hacer retratos de ancianas, o de comunidades indígenas, de mujeres que estén un poco más alienadas o en situaciones de vulnerabilidad, creo que ese es el reto para mí de acá para adelante. He estado en un proceso de exploración del mundo —así como en el que estás, el que puedes palpar—, pero el reto es llegar a todas esas mujeres que no están tan cerca a ti.
En lo personal y en tu vida diaria, ¿cuál es el rol de las mujeres?
Bueno, yo vengo de una familia en donde tuve la suerte de tener un papá y una mamá muy unidos, son una pareja bonita, y tuve la oportunidad de tener las dos influencias. Mi mamá es una mujer súper fuerte, y tengo una hermana mayor que también es mi columna vertebral, en general en mi vida las mujeres están presentes. Tengo un grupo de amigas poderosas, busco rodearme de eso la verdad, es algo que me inspira, me mueve mucho. Aunque también tengo una gran facilidad para hacer amistad con hombres, porque crecí con muchos hombres al rededor. Pero para mí sí es importante que en cada proceso que desarrollo haya mujeres alrededor, en cualquier proceso, en el trabajo, en una conciliación, ¡en lo que sea! Que no sean sólo hombres decidiendo.
¿Qué ha sido lo más transgresor que has hecho? ¿Algo que se salga de las reglas?
(Risas)... Que se salga de las reglas… no sé si me he salido de las reglas, ¿cuáles son las reglas? (risas). Me ha gustado experimentar, yo misma me pongo en lugares en donde le he encontrado el poder a la vulnerabilidad. Que ese es otro tema que me llama mucho la atención: cuando te pones en un lugar vulnerable y en ese lugar te desnudas, hacia el mundo y sientes el poder de lo que realmente eres. Momentos así, que no sé si es romper reglas o no, pero esa es mi forma de ponerme al límite, ha sido tal vez en proyectos artísticos en los que me desnudé para una cámara, hice proyectos para otros artistas en los que también hicieron uso de mi cuerpo, de mi ser, de mi presencia. Me gusta mucho exponerme en escenarios para hacer “Palabra hablada”, también ha sido algo que me ha llevado así como a límites. Aparte de eso no sé si romper las reglas, tal vez es jugar más con los límites que uno mismo se va imponiendo y que rompiéndolos va encontrando nuevas cosas. Creo que cuando estás tan metido en el mundo de las artes es normal querer experimentar, para mí el performance art —relacionado con el cuerpo—, artistas como Marina Abramović me vuelan la cabeza, esta vieja le dice al mundo con sus actos y performance un montón de cosas, y esto me parece espectacular.
Hablando de desnudez, ¿alguna vez le tuviste miedo?
No sé si la palabra es miedo, pero siempre hay como este concepto de intimidad que a veces hay una fina línea entre cuándo es tu intimidad y cuándo no. En cuanto a la desnudez ante un público sí siento timidez, porque ya estamos condicionados mentalmente a esto. Por eso es interesante romper con esas barreras, es el punto de encuentro de todos: somos iguales.
¿Reconoces tu belleza?
He aprendido a reconocerla y ha sido uno de los procesos de mayor empoderamiento. Creo que sí.
¿Qué es lo que amas o disfrutas de ser mujer?
Yo creo que la forma en que siento al mundo, no sé cómo sería ser hombre ¿no? (risas) Pero esta versatilidad, el ser multifacéticas, rápidas, al mismo tiempo sensibles, este perfeccionismo... yo soy una mujer súper perfeccionista. También puedo ser bien radical y eso en momentos ha sido algo que me ha ayudado a tomar decisiones y a seguir mi camino como una persona independiente y no sé la palabra pero se me viene ahorita a la mente… “briosa” esa palabra la usan por ejemplo para referirse a las yeguas cuando están así... briosas… (risas) No sé como explicarlo es como “GRR”. No sé cuál sería la palabra para un ser humano, pero eso se me vino a la cabeza (risas). Aprecio mucho la forma en la que uno se conecta con el mundo, es muy especial. Hay instinto, es la parte como inexplicable de nosotras.
¿Sientes que hay algo difícil en ser mujer?
Yo creo que a veces es un gran reto la sensibilidad extrema que tenemos las mujeres, a veces cuando tienes una pareja te das cuenta que nosotras somos hipersensibles o a veces estamos pensando demasiado, cuando tal vez el hombre es más racional y conciso. Mientras nosotras tenemos todo este volcán de emociones que nos pasa constantemente. Es un reto a veces manejar ese volcán ¿no? Esos cambios bruscos que tenemos, pienso que definirnos es difícil, somos muchas cosas contradictorias…
En tu trabajo se nota mucho la unión entre nosotras y la tierra. ¿Cuéntanos un poco cómo estamos unidas?
Es un tema bien interesante, creo que aunque la mujer ha sido estigmatizada por su condición biológica de dar a luz, incluso ha sido usado en su contra, eso precisamente es hermosísimo porque nos añade un instinto para tener esta visión de preservar la vida, de valorar la vida, de conectarnos con lo que crece… Podemos entender que las cosas crecen, que la naturaleza está viva. ¡Me empiezo a volar! (risas). Creo que es su capacidad de ser madre, de llevar en sí la matriz, llevamos el mundo adentro, acá en el estómago, ¡en el vientre! Esa es una de las cosas que a mí me vuelan. A mí eso me afecta. Yo aún no tengo hijos, pero ese concepto ya me afecta con la forma en que me relaciono con el mundo, hablando desde mi experiencia. En la experiencia que he tenido con otras mujeres también ha sido algo potente en su forma de ver el mundo. Además está este otro tema que tiene que ver con que somos cíclicas, y eso nos lleva a conectarnos con cosas que están pasando hasta inconscientemente, como nuestra menstruación... Ciclos que además nos conectan con mujeres, a veces tu pasas mucho tiempo con alguien y hasta tu menstruación se va regulando al mismo tiempo, ¿está bien loco no? Pero nuestro cuerpo está naturalmente al compás de este mundo, de la luna... y eso es una belleza.
¿Qué piensas entonces de la desconexión entre nosotras?
Creo que eso es específicamente lo que ha causado que las mujeres estén en situaciones tan vulnerables. Yo creo que toca volver a tejer esas relaciones, esos tejidos que se destruyeron. ¡Que lo hicieron de aposta! ¡Porque en realidad eso es lo que nos hace fuertes! Volver a la unión, a la abuela, al conocimiento de madre a hija, de nuestra sexualidad. También hay todo una tema de represión sexual hacia una mujer a la que limitaron a su capacidad de reproducirse, cuando hay todo este mundo de ensueño alrededor de su sexualidad. Desde el arte y su historia te empiezas a dar cuenta del momento en que las mujeres empezaron este viaje hacia la reconstrucción de su identidad, y todas las temáticas empiezan a girar en torno a lo que estamos hablando. Es un proceso que continúa, porque es largo, pero si pensamos en artistas como Frida Kahlo, Leonora Carrignton, Dorothea Tanning; todas estas mujeres empiezan a crear una realidad alternativa en la que sí existe una mujer que no es dependiente de su cuerpo, lo trasciende.
¿Una mujer artista que te inspire?
¡Uf muchísimas! ¡No puede haber una, son todas! Me inspiran artistas que conocí en libros y me inspiran otras que conozco todos los días. ¡Es increíble! Yo creo que ha sido una de las herramientas más poderosas también para este proceso nuestro.
¿Alguna vez has tenido una experiencia en la que te hayas sentido en desventaja por ser mujer?
La verdad sí, muchísimo... y tristemente me ha pasado mucho en el mundo del arte a nivel comercial, cuando se habla de dinero, se habla de empleos, ¡ese es un mundo jodido! Porque todavía y por mucho tiempo fue un mundo totalmente dominado por hombres, hasta hace muy poco empieza el rol de mujeres como curadoras, como pensadoras, imagínate ahora como artistas... También tu sensibilidad se ve diferente a la de un hombre, y cuando se habla de dinero entonces empieza esta presión. Ha sido muy difícil entrar a muchos espacios, a otros no he podido ni siquiera entrar. En Australia a veces me ha pasado que no solamente es género sino también nacionalidad, entonces ha sido doble reto.
¿Aparte de tu arte visual tienes otros proyectos?
Sí, tengo dos proyectos musicales. Uno se llama Amaru Tribe y el otro se llama Chía Citizens. En el momento también estoy trabajando en un proyecto que se llama Canto Alma que es con 15 mujeres.
Cuéntanos más sobre Canto Alma…
Se dio en un principio por un acto de honra a cantantes latinoamericanas como Violeta Parra, Mercedes Sosa, en fin. Empezamos a convocar cantantes y nos reunimos 15, empezamos a hacer un proyecto de tributo y nos gustó tanto... cuando tu sientes esa unión con otras mujeres en un espacio, ¡no la quieres dejar! Y no la dejamos ir, y después el siguiente año y medio seguimos trabajando juntas, ya creando, uniéndonos por medio de la voz. Llegábamos a un lugar y lo primero que hacíamos era hacernos en círculo y hacer improvisaciones con la voz… ¡ustedes no saben la energía tan poderosa que era eso! Cuando nos subíamos a un escenario 15 viejas allá en Australia cantando en español, ¡uf se sentía la vibración! Empezamos también a trabajar mucho con poesía y con el cuerpo.
En Mother Tongue (www.facebook.com/mother.tongue.community) empezó mi amor por spoken word. Es más, me presenté con ellas hace poco, una de esas experiencias en las que yo he sentido que hay un poder en el estar vulnerable, es cuando he hecho esto con unas mujeres que son unas duras y te permiten hacerlo, porque en muchas ocasiones dejan el “micrófono abierto” y te subes tu sola, y aunque tengas ropa ¡tu estás desnudo! Te subes a decir lo que tienes que decir tu sola. Es una forma de expresión tan poderosa, me gusta muchísimo. Pueden ir a ver hombres pero solo se presentan mujeres, como empezaron a ir tantos, nació Brother Tongue, el espacio para ellos. Después nació We run with Wolves, ¡y ahí he conocido unas viejas que son una vaina! ¡Es que yo creo que no existe algo más inspirador que otra mujer!
¿Cómo te sientes de vivir en Australia y volver a Colombia?
Ha sido uno de los choques más duros estar aquí. Aunque mundialmente creo que la identidad femenina está en un proceso de ser definida, nos falta mucha exploración para llegar allá, en Australia creo que hay un privilegio por ser mujer, como legalmente y en términos sociales hay mucho más respeto. Hay más protección de parte de entidades hacia una mujer que por ejemplo haya sido violentada. Más allá de eso las mujeres podemos caminar solas por la calle a la hora que queramos, y eso es poder, ¿me entiendes? El poder ser totalmente independiente y libre y que tu camines por la calle y nadie te joda es brutal, es una de las razones que me ha atado a allá. Llegar acá y no poder caminar sola por donde quiero y a la hora que quiero me pone mal, eso a un nivel personal. A un nivel macro me pone peor ver que hay un montón de mujeres que están totalmente desprotegidas, vulneradas y no tienen a quién acudir, y esa vaina es muy brava. Hay mucho machismo, hay que ser honestos, tal vez en algunos grupos sociales no se sienta, pero a nivel macro es un país que viene de eso. De una dependencia económica del macho terrible, de una dependencia de protección del macho ¡y eso te quita todo el poder! Ya somos bien frágiles —que igual es bonito— pero es una fragilidad que sí se rompe. Eso ha sido duro, aunque también debo decir que encuentro mujeres increíbles que están trabajando en pro de un bienestar, y eso es súper importante en un país como Colombia, hay un montón de gente que quiere cambiarlo, y eso es lo más importante. Eso te inspira a volver, a estar acá, ¡a luchar!
¿Qué objetos cargas contigo a donde vayas?
Sin pensarlo dos veces un cuaderno en donde pueda escribir y retratar mis ideas, preferiblemente uno de acuarelas para llevarme las acuarelas y un esfero… ¡Es todo lo que necesito para pasarla bien! (risas). Algo para oír música, un buen libro para nutrirme.
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Una canción “Siempre me quedará” – Bebé
Un libro “La isla bajo el mar” – Isabel Allende
Un apodo que odiaste No creo que no me ha pasado todavía
¿Qué es la sexualidad? ¡Es todo! Es el cuerpo, el alma y la mente !
¿Qué es el pudor? Esconder el cuerpo, la piel
¿Qué es la seguridad? Andar por la calle sola a la hora que quiera
¿Qué es la felicidad? Es como azul
¿Qué te molesta? Ver la indiferencia de nosotros hacia el mundo. Y la falta de respeto entre nosotros, hay límites que hay que saber respetar.
¿Un sabor? Uy, el plátano maduro
¿Una frase? El límite es el cielo
¿Una parte del cuerpo? Me gustan los ojos
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Sigue su proyecto en: www.katherinegailer.com
Muchas gracias por inspirarnos, por retratar el mundo y compartir una visión única!
@MyGrlstory