BOLDWOMAN SERIES_ URSULA NICHOLLS #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA
¿Quién es Úrsula?
MMM. No sé. (Risas). Pues, soy una mujer, soy mamá. Creo que eso me define mucho en este momento. Soy una persona que ante todo ama la libertad. Si me pudiera definir en una palabra sería libertad. Creo mucho en… En la transformación, en la resistencia. Soy alguien que cree que todo puede estar mejor, y que las cosas tienen que ir por un camino para el bien común. Eso, creo que soy libertad.
¿Cómo fue crecer en tu familia?
Una nota. Tengo una familia súper linda. EEEEE. Muy diferente a lo que soy hoy yo en día. Pero creo que el amor y la forma en que se construía, en que todo el mundo podía ser quien quería ser; permitió que yo llegara a ser lo diferente que soy hoy en día por la familia que tenía. Mi casa es una familia, por decirlo, conservadora, antioqueña, supremamente arraigada a la tradición… Tengo dos hermanas mayores, entonces tengo ser fuerte porque era difícil ser la chiquita (risas), rara además… Y mi mamá siempre fue una figura muy importante en cuanto al poder; mi papá siempre resaltaba mucho qué así teníamos que ser las mujeres, sí como: “eso no lo hace una mujer”, “así no se comporta una mujer”… Entonces de alguna manera cultivaba que fuéramos MUY femeninas respecto a lo que la sociedad cree que es ser femenino. Él es increíble. Fue chévere crecer en mi casa, fue una nota (risitas).
¿De dónde surge ese amor/gusto por la resistencia?
Pues a mí me tocó una Medellín muy violenta, cuando yo era chiquita. Me tocó la Medellín de Pablo Escobar. Me tocó vivir en carne propia la violencia que afectó directamente a mi familia. Perdí a una persona muy importante en mi familia… Digamos ver lo que el ser humano puede hacerle a otro ser humano a través del poder; como de la opresión del poder, lo que es tener “la sartén por el mango”… Crecí luchando en búsqueda de que el ser humano sea libre. Que nadie pueda oprimir a otro. ¡Está mal! Ver la violencia tan cerca me hizo crecer como luchadora. No me parece que esté bien que la gente tenga que sufrir por la violencia. No me gusta.
¿Qué ha sido lo que más has aprendido del ser tan diferente a tu familia?
Lo que más he aprendido es que... ¿Qué he aprendido? (Risas) No sé, pues que uno al permitirse ser diferente y no tener miedo de no encajar, conoce gente increíble en el camino, y que si uno no se hubiera arriesgado a ser así, nunca hubiera conocido a esa gente que fortalece lo que uno en el futuro es. Yo estudié en un colegio supremamente… tradicional… Que digamos tiene un núcleo social muy cerrado. El haber sido tan diferente y siempre cuestionar de dónde era, cómo era mi familia… Al principio era “odio esto, odio esta familia” —familia que hoy en día amo—. Eso me permitió salirme de ese núcleo, y criarme en el núcleo que yo creé con la gente de fuera, que después me permitió definirme como Úrsula. Cogiendo un poquito de mi casa —conservadora, valorando la familia, la tradición, algunas cosas— pero como creando un conocimiento de lo que hay afuera.
¿Qué es el otro mundo en el que yo no me crié?
¿Cómo era ese otro mundo? Bueno, a mí me gustaba la calle. Un poco la respuesta a lo que hablaba de que Medellín era muy violento, también me generó una curiosidad muy grande sobre lo que era ser callejero: el sicariato, todas esas cosas… A mí chiquita me parecía muy interesante, el por qué existía. Esa adrenalina de la violencia de alguna manera, lo encontré con mis amigos, fuera de mi núcleo. Callejear. Eso era lo que yo buscaba. Ser parte de la calle, del asfalto, de lo más crudo, de lo más diferente que podía ser mi familia. Así conocí lo que es una Colombia muy diferente a lo que me proponían en mi casa. ¿Qué buscaba? Mi mamá me decía que yo siempre tenía que vivir las experiencias en carne propia. Que para mí no era suficiente ver que a alguien le pasaba algo, sino que yo tenía que vivirlo para entender yo. Eso lo busqué en la calle. Yo tuve… pues, unas épocas (risas) muy rebeldes, que hoy como mamá espero que mi hija no las reproduzca (risas).
¿Sientes que eso forjó la tolerancia con la que enfrentas ahora la vida?
Sí, no juzgo, pero sí soy muy consciente de que hay gente que termina muy mal. Yo he visto gente ahí, tirada muerta, porqué se le fue la mano en la jeringa. Eso me parece muy duro. No juzgo, las drogas no me parecen ni buenas ni malas, pero pienso que uno sí pierde resto de neuronas que después le sirven en otros campos de la vida (risas). Hay drogas que uno sí podría evitar.
¿Qué te motiva a levantarte todos los días?
Me motiva la ruta del colegio de Cora (risas). Eso es lo que me motiva. Yo me levanto muy temprano. Me levanto a las 4am hacer lonchera. Me motiva el proyecto en el que estoy trabajando: ECCORA. Me motiva aprender. Me encanta saber que voy a adquirir un nuevo conocimiento para poder transformar algo o resistir un poco más.
¿Qué hace Úrsula?
Bueno, yo soy mamá, estudiante, y estoy desarrollo un laboratorio de cosmética. Que es en parte por lo que soy estudiante. ¿Yo qué hago? Transformo la materia en cosas que me parecen más bacanas y más útiles para las personas —mis cremas (sonrisa)— que tienen un fin de bienestar. Encontrar algo que sea muy bueno para cuidar a la gente y su salud. Y estudio Química Farmacéutica, que me encanta. Me encontré totalmente dentro de ese conocimiento.
¿Qué estudiaste antes?
Antropología. Muy chévere. Me gustó. Creo que la antropología fue lo que me solidificó y fortaleció mi alma libertaria, y mi capacidad de resistir a cambiar hacia lo que la sociedad espera de mí. A mantenerme Úrsula, a saber qué soy yo. La antropología genera seres tolerantes, no como la tolerancia de “lo tolero”, sino como que enserio entiendo la diferencia del otro y acepto que exista en mi mundo y la ACOJO.
¿Cómo la vida de Úrsula?
Bueno, dentro del día de mi vida, existe el no puedo y no tengo tiempo. Mi día es madrugar, estresarme por la mañana porque mientras hago el café, el huevo se está quemando. Tengo que mandar a la niña. Mi mañana es un azore. Yo soy mi propia persona que hace el aseo entonces depende de mí que la casa este SÚPER organizada. Uno tiene que aprender a utilizar bien el tiempo. Uno tiene que dejar de procrastinar en la vida y decir “ahorita lo hago, ya lo termino”. Uno tiene que aprender a hacer las cosas ya. En el momento en que uno sabe que las tiene que hacer, hacerlas, porque eso hace que uno no cumpla metas, no sea organizado y se estrese. Una mamá del colegio de Cora me dio el mejor consejo de la vida “un buen día comienza la noche anterior”. Entonces si uno deja las cositas preparadas por la noche, lo que uno necesita, eso va a hacer que el otro día empiece con un voltaje MUY diferente. Que simplemente uno se pueda despedir de la gente que lo rodea a uno con un “chao, feliz día” y no una gritadera tenaz. Eso es lo que logra que pueda hacer tantas cosas. Y bueno prolongar el día lo más que pueda, si hay que dormirse tarde, pues me duermo tarde. Después recuperare el sueño, si es que se recupera (risas). Describe tu día. Me levanto, cocino, desayuno, dejo a Cora, me voy a estudiar. Llego a la universidad a las 6, estudio. Entro a clase a las 7. Tengo clase de corrido hasta la 1, en las que no entiendo la mitad de lo que me están enseñando (risitas). Me vengo al trabajo, recojo a Cora en la tarde, juego, hago la comida, la acuesto —a la chiquita—, estoy con mi compañero un rato (que el pobre es a quien menos le dedico tiempo), estudio y me duermo.
¿Cómo es la relación de pareja?
Es una nota, pero es una lucha constante también. Hay que resistir a que el cambio no lo mate a uno. Uno se casa, o inicia su vida de pareja con otra dinámica. Uno está muy dispuesta a vivir para el otro. Y cuando uno ya empieza a fortalecer sus sueños y tener a alguien más en la familia, a la última persona que uno le dedica tiempo es al compañero. Y siento que es la persona que uno más tiene que mimar, porque supuestamente es el que más va a estar ahí, pues si las cosas salen bien. También tengo un tema con la monogamia, a veces me parece un poco antinatural. Siento que uno como persona se siente atraída de otras personas en la vida, y esa no libertad que le pasa a uno en la pareja hace que no sea tan fluido el amor. A mi compañero yo lo adoro. Llevo con él mucho tiempo. Lo que pasa es que nos criamos juntos. Es mi parcero. La persona con quien comparto cama y vida.
¿Lo más duro de ser mamá?
La paciencia es lo MÁS DURO de ser mamá. Llega un momento en que uno tiene todo el amor. Pero toda la carga emocional como mujer, hacer tantas cosas al tiempo; puede dispararse y ser muy grosero con la persona que uno ama tanto. Y eso lo hace a uno sentirse fatal. A veces pienso en las mujeres que tienen vidas mucho más difíciles, que tienen entornos culturales y familiares de abuso, maltrato, falta de plata… Y el chiquito tira el único vaso que quedaba bueno, pues la pierden. Esa línea entre ser cuerdo y dar amor, perder la paciencia y convertirse en un tirano… Eso es lo más difícil de ser mamá. No convertirse en tirano. La paciencia es una virtud. Una vez con Cora perdí la paciencia, y se tiro en el piso de un aeropuerto a hacer pataleta. Nos iba a dejar el avión y la perdí, la pellizque. Estuvo TAN MAL. Hoy es el día que todavía se acuerda. No hay que generar marcas negativas en los hijos.
¿Y la retribución más grande de ser mamá?
Es TODO lo que no es esa parte. Verlos dormir es algo tan espectacular. Yo no sé si uno está mamado y le encanta que estén dormidos (risas) o es porque emanan todo el amor y la tranquilidad, todo lo que a uno cuando los ve ahí dice “como sea todo va a estar bien”. A uno se le puede estar desbaratando el mundo y los ve ahí acostados dormidos y pienso “que sería hoy de mí sin ti”. No creo que la maternidad defina a todas las mujeres, pero para mi UUUYYY, me encanta. Amo el proceso de aprendizaje, ME GUSTA MUCHO. Como se van formando como personitas.
¿Crees que hay algo que defina a la mujer?
No, no creo. Algo como de identidad, no. Yo creo que el ser humano, mujer, hombre, y los otros géneros que existen; la gente se desarrollo por su entorno cultural. Cada persona es un mundo aparte. Y no creo que algo pueda definir a una persona, son demasiados factores. ¿Crees que hay una definición para la feminidad? No creo que haya una definición. Para mí la feminidad va ligada a la parte sexual —y lo vería así, pero puedo estar equivocada—. Y tendría algo que ver con la sensualidad. Pero creo que la femini… —no puedo con la palabra— también puede ser como valentía, lucha, resistencia, muchas cosas. No lo puedo encasillar. El humano: mujer, hombre son muy amplios. ¿Qué mujer admiras? Súper cliché: mi mamá y Violeta Parra la cantante. Me identifico con ambas.
¿Qué admiras de ambas?
En mi mamá, haber criado una anarquista (risas). Pienso que es una labor muy difícil. Como yo te contaba aunque vivimos una época muy difícil, ella siempre fue fuerte, amorosa y feliz. Nunca la vi derrotada. Cuando recuerdo lo que estábamos viviendo, no tengo un recuerdo donde la haya perdido. Mientras más difícil la situación más sonrío y amor doy. Y Violeta Parra, me encantan sus canciones. Es una mujer llena de resistencia en su alma. Me encanta la resistencia.
¿Cómo nace Eccora?
Eccora nace porqué me doy cuenta de lo tóxico que se nos ofrece en los productos todo el día. Cuando uno no conoce algo, esta doblegado a ser manipulado. Eccora nace para empezar a combatir de una manera con amor y creación, lo que pienso que está mal en la parte de comercio. No se cómo decirlo, de la industria. El capitalismo. Lo que se vende y produce. Eccora, trata de encontrar todos estos factores que nos ofrece la tierra y poder ofrecerle a la gente productos honestos. Que la gente entienda qué está utilizando y que sean buenos para ellos.
¿Tu proyecto es una forma de resistencia?
Sí, sí. Me parece que haciendo cosas honestas uno está trasformando lo que no le gusta del mundo, con acción positiva. Creo que es supremamente más fuerte que la negativa. Y al lograr transformar otras visiones de otras personas, se genera unión.
¿Qué es lo más difícil de ser mujer?
¿Qué es lo más difícil de ser mujer? Es que nosotras en nuestra lucha de equidad de género, hemos asumido muchas posiciones para, digamos, tomar dominio de lo que podemos hacer. Estar presentes en la transformación social. Pero seguimos siendo cabezas de los hogares, y muchas veces no soltamos esa parte a los hombres. Siguen siendo matriarcados, toda la parte del trabajo y toda la parte de la casa. Eso es lo MÁS DIFÍCIL de ser mujer. Yo no sé cómo uno hace. Hace veinte mil cosas más que el resto del mundo. Tiene muchas funciones. Antes las mujeres se dedicaban a otras cosas; hoy en día la dinámica, el acelere, el trabajo más todo el resto. La mujer se empoderó a buscar equidad con el género masculino, pero el género masculino no buscó equidad dentro del hogar con la mujer. Es como que mujer-mamá-trabajo, el hombre sigue siendo hombre-trabajo, y aunque hoy en día están ligados a su lado paterno, no hay una tendencia a que el hombre esté metido en el hogar. ¿Cuál sería la cifra de hombres criando en el hogar?
¿Cómo es la crianza de Cora?
Eccora existe porque yo quería ser dueña de mi tiempo para estar con ella. Cuando uno ya trae un ser humano a la vida, uno tiene que dedicarle tiempo porque sino pues ¿qué? Entonces tengo el tiempo para responderle sus preguntas. Nosotras somos partners.
¿Qué es lo más transgresor que haz hecho?
Cuando me fui a vivir al Chocó. Para mí eso fue… Cambiar todo. Estaba en una ciudad gigante y me fui a vivir a un corregimiento, a una población que no conocía. No conocía su cultura, su terreno. Llegue un día sola, en una chiva (risas) y busqué el lugar donde iba a dormir y me quede allá como 8 meses. Viví en la selva. Eso me cambio muchísimo. Yo quede embarazada viviendo allá. Estuve 3 meses del embarazo. Y ver la dinámica de vivir tan afín con el medio ambiente y estar tan lejano de lo que es la tierra, es como ughh. De pronto inconscientemente por eso nació Eccora. Por estar cerca a la tierra.
¿Crees que el sistema nos tiene miedo a las mujeres?
No. Creo que el sistema también tiene mujeres. Creo que el sistema nos tiene miedo a nosotros los libertarios. Creo que a eso le tiene miedo, pero somos muchos. El sistema es hombre y mujer.
¿Te reivindicarías con alguien?
No me siento en guerra con nadie. Mi guerra es contra el sistema y no me reivindicaría con él.
¿Qué te molesta tanto del sistema?
Me molesta la falsedad. Me molesta que le muestren al mundo cómo debe ser, pero no es así sino todo lo contrario. Es como “hay que ser bondadoso, bueno, contribuir” pero el sistema es el primero que está fomentando la guerra, el hambre, el odio.
¿Una lección que no olvidas?
No haber usado condón (risas infinitas).
¿Sientes tu masculinidad en algún lugar?
UY. Totalmente. Cada vez que me quito la chaqueta y me veo los brazos llenos de pelos. Soy una mujer con mucha testosterona (risas).
¿Tienes un lado oscuro?
Siiií. Yo soy súper oscura. Mi lado oscuro es la sexualidad. Soy súper sexual. Creo que pienso más en sexo que lo normal de las mujeres (risas).
¿Qué crees que le dirías a Úrsula 10 años atrás?
Que no consumiera tantas drogas, porque después le iba a dar MUY DURO estudiar química farmacéutica (risas). Le hubiera dicho eso porque creo que perdí tantas neuronas que hoy en día me cuesta concentrarme (mucha risa).
¿Alguna idea para cambiar el mundo?
Yo tengo una idea con Eccora, que es hacer unos laboratorios en barrios, para empoderar a las comunidades a desarrollar sus productos para que no dependan de farmacéuticas. Cuando uno le da herramientas a la gente para ser autosuficiente, le quita fortaleza al sistema y la sociedad se vuelve más libre. Y me gusta la infancia. Yo le apuesto con toda. Creo que si criamos “Semilla Libre” vamos a tener una sociedad una chimba en unos años.
¿Cómo fomentas esto en Cora?
Le fomento el amor a lo diferente. Cuando uno fomenta esto, acoge al otro. Creo que estoy creando una persona libre y consiente de ser anarquista —en susurro—(risitas).
¿Tu pócima secreta para vivir?
Ay, que hay gente que lo tiene más difícil y sale adelante… de ahí. Cuando piensas en sus historias y piensas “no te quejes, para de chillar”. Hay una canción que dice “And I don’t bitch and wine, when I don’t get my way”. Esa es la frase.
¿Y la paz?
Hay que invertirle a la educación para que haya paz. Si no hay platica para la educación, nunca va haber paz en este país.
__
Una canción: “No class, tan tan tan tantantan” de Plasmatics
Un libro: Dos libros: Resistencia, Ernesto Sabato / Guerra y Paz
Un apodo que odiaste: Me llamo Úrsula, ¿Qué apodo me pueden poner? Es suficiente. (risas)
La sexualidad: El momento
El pudor: No existe
El aborto: Cada cual
La seguridad: ¿De estado? (Risas)
La felicidad: ______________ Uno mismo
La religión: Institución
Un sabor: Mango biche
La política: Muerte
Una frase: En la sabiduría de cada hombre está su libertad
Una parte del cuerpo: La cadera
¿Qué te enamora? Compartir
//
Sigue su proyecto en: Eccora Cosmeticos
Siempre hay historias que hemos querido compartir con el mundo, y esta mujer es una de ellas. Máxima admiración Ursu.
@MyGrlstory