Warm cálido entre las piernas
Nunca seré un niño que corre con otros niños de su mismo clan en Zimbawe
ni una cholita a la que le viene la menstruación por primera vez
ni una exiliada autora combativa de la Guerra Civil española.
Más bien puedo y puedes conmigo gritar:
¡viva la guerra de las guerrillas!
mientras vemos el mundo caer
mientras lo vemos reconstruirse en segundos
desde la mágica óptica del caos reinante
porque las banderas además de símbolos se mueven por el viento
que igual me levanta la faldita de mujer
que igual es el mismo viento que en forma de aliento me sopla tu boca
que igual fue lo que te hizo estornudar cuando no te conocía
cuando Dios, un Dios, no sé qué Dios te confesaba que igual tu presencia es circunstancial o no sé
y te dolía la cabeza mientras yo era una fila de niños de Japón
mientras yo leía sin parar un poema de la Pizarnik
“Cold in hands blue”
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
y pensaba en tu tranquilidad que es como leer poesía
o una tragedia griega mal traducida que es tranquilidad
porque te das cuenta de que hay quienes traducen peor y les publican
y te sientes aliviada porque no sé, tal vez hago bien mi trabajo
aunque no me publiquen.
Y preguntan
digo
Qué te preguntan
dices
Me preguntan que cuál es mi comida favorita y yo no sé qué responder
no sabía
porque aún no había probado tu sangre
esa que sin darme cuenta probé de la herida minúscula que tenías en los labios
cuando te mordiste o te mordió un perro rabioso
pero no fui yo quien te mordió
pero probé tu sangre microscópica
y por fin
digo
tengo la respuesta a la pregunta tediosa.
Y ahora recuerdos que pisan
la luz de la montaña de la casa en Noruega
se repiten los días como los días de las monjas que son siempre iguales
y el pepino en la ensalada es mejor frío
y tus manos mejor en mis tetas de mujer frívola
en mis pezones fríos tus manos frías.
Autoretrato ©Laura Estrada Márquez