- 16 may 2017

GLORIA SALDARRIAGA #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA

¿Quién es Gloria?

Es tan difícil hablar de uno mismo. Con los años uno va teniendo conocimiento de quien es o al menos de qué es lo que quiere. Como de ficha técnica: ¿Quién soy yo? Soy una mujer que nació en Medellín, en 1968. Estudié diseño gráfico, ejercí mi carrera y me vine a vivir a Bogotá. Fundé una galería con mi esposo que se llamó “Al cuadrado”. Ya no existe la galería pero sigo involucrada con el arte y la moda. Sería como el resumen de todo. ¿Qué hago? Soy entusiasta del arte y la moda.

¿Cómo fue crecer en tu casa?

Viví en Medellín toda mi niñez y adolescencia. En esa época Medellín era una de las ciudades más activas en la industria textil y de la moda. También era la época más pesada del narcotráfico entonces era una experiencia extraña; yo desde mi “burbujita” donde no salía mucho a rumbiar o con un grupo de amigos muy específicos, y el mundo de afuera. Soy paisa en muchos aspectos.

¿Cómo llegas a la moda?

Ha sido un proceso intuitivo. Uno nace con un ojo más sensible. Con los años se agudiza. Nadie me incentivó. Es un gusto genuino por las cosas bonitas.

¿Crees que hay algo que te defina?

¿Algo de mi personalidad? MMM, creería que mi entusiasmo por las cosas, mis proyectos, lo que hago y vivo.

¿Qué te motiva a levantarte todos los días?

El desayuno (risas). ¿Y aparte del desayuno? Tantas cosas. Empezar el nuevo día, seguir con mis proyectos. Pero de verdad el desayuno me motiva. Me acuesto pensando en lo que voy a desayunar al otro día (risas).

¿Cuéntanos de tu proyecto “Bestiario”?

Ese proyecto lo hice de una manera “naive”. Siendo paisa no tengo ese carácter comercial, pero teniendo la personalidad que tengo es que pasan las cosas. No soy muy calculadora, pero el ser creativa me permite abrirme a apostarle a cosas nuevas. Lo empecé con la ilustradora Natalia Swarz, y es una respuesta a este fenómeno de las redes sociales donde las personas se vuelven un canal de venta de productos. Yo no quería replicar lo que se estaba haciendo —no me gusta prestar mi cara o mi imagen para esto— entonces “El Bestiario de Gloria”, nace como un alter-ego ilustrado que puede moverse en este mundo con las marcas. Esa Gloria puede ponerse calzones, echarse crema… Era coherente con lo que es mi vida: arte y moda. Justo ahora la Editorial Planeta se interesó en este proyecto y estamos sacando un libro enfocado en mi estilo de vida —esa palabra me aterra—. Será un glosario. No se si se llamará Bestiario, pero me tiene muy motivada.

¿Cómo llevas el hecho de poder influenciar a tanta gente?

Yo no me lo creo. No creo en ese tipo de cosas. Soy fiel a mí y mis proyectos. Mi vida no gira en torno a eso. Es extraño. Acepto que suceda, pero no creo que eso cambie quien soy.

¿Crees que podrías definir la feminidad?

Yo creo que cuando se definen las cosas dejan de ser espontáneas. Es ponerles una camisa de fuerza. Feminidad puede estar incluso en un hombre. A mí me fascinan los hombres que tengan el lado femenino desarrollado. Esa feminidad podría estar en cualquier persona. Incluso las mujeres tenemos que desarrollar la masculinidad. Creo en los equilibrios.

¿Qué quieres manifestar con la forma en que te vistes?

Depronto ese equilibrio —femenino/masculino—. Me gusta mezclar.

¿Qué inspira a Gloria a vestirse?

Me gusta vestirme. Vestirse es un ritual. Es un ritual de todos los días. Que no se vuelva algo mecánico. Es algo espontáneo que se mezcla con el gusto. Inspira el día, la ocasión, la compañía. Me fascina, no le veo la tragedia.

¿Este amor por las prendas te lo inculcó alguien?

No, pues mi mamá siempre ha sido una mujer bien arreglada. Además el ojo curioso. Pero el ¿por qué? no lo tengo claro. A mi hermana por ejemplo, no le interesa como a mí. Hace parte de los intereses de uno.

¿Qué crees que sea lo más difícil de ser mujer hoy en día?

Nada es difícil. Depronto la gente se hace la vida más difícil. No hay ventajas ni desventajas de ser mujer. Se trata de ser persona. Obviamente entiendo que hayan diferencias laborales, salariales… Pero más que femenino o masculino, creo que la dificultad puede surgir en la misma medida.

¿A qué mujeres admiras?

Yo creo que a todas las que se tienen que levantar súper temprano (risas). A esas… Verdaderamente admiro la disciplina y sacrificio.

¿Alguna lección que no olvides?

Cultivar los amigos. Creo que eso es fundamental. Cultivar es todo. Cuando estamos en crisis es que se recolecta todo lo bueno que se sembró. Los amigos son la gran enseñanza.

¿Te sientes bella?

Ay sí, súper bonita (gran sonrisa).

¿Cómo vives esa belleza?

Dije bonita, pero la realidad es que me siento muy bien conmigo misma. Sin ser tan obsesiva; ya casi no me miro tanto al espejo. Uno ya se conoce mucho mejor. Obvio me gusta salir bonita en las fotos, arreglarme, pero no es lo único. No es mi foco.

¿Qué te emputa?

En esta época, creo que esa necesidad de “autoaplaudirse”. Lo que pasa en las redes sociales pasa mucho y me asusta. La gente esta un poco desquiciada. No se trata de juzgar pero sí me pregunto a dónde nos llevará todo esto. Las redes tienen un propósito —incluso soy muy activa—, pero la gente está cayendo en un juego muy miedoso.

¿Algo que haya partido tu vida en dos?

Mi viudez. Uno nunca se imagina quedar viudo a los 40 años. No la partió, yo digo que el libro sigue… Sigue recopilando capítulos. Pero sí fue algo muy importante en mi vida.

¿Cómo fue reinventarte a partir de esa pérdida?

Yo no me reinventé. Ha sido un tema de tomar decisiones. Cuando cerré la galería no era un asunto de no poder, sino de querer. Hay que ser honesto en lo que uno quiere en la vida. Decidir es de valientes. Esas decisiones son fundamentales para la vida y para crecer como persona.

¿Crees que tengas un lado oscuro?

Yo creo que sí, aunque no es tan oscuro (risas). Creo que soy muy abierta, aunque uno no debería exponerse tanto. Todas las personas tenemos una intimidad, no sé sí se pueda medir como oscura o clarita.

¿Cuál ha sido el reto más grande que has tenido profesionalmente?

La galería en sí. En una época (2003) fuimos de los primeros que apostamos al arte contemporáneo —videoarte, performance—. Mucha gente no entendía si estas obras se vendían o no, eran muy conceptuales.

¿Por qué consideras que el arte es fundamental? Tu vida es un arte…

Uno tiene que estimular todo. Los sentidos y la reflexión. Ante el mundo, intimidad… Tenemos que ponernos a pensar.

¿Qué te motiva a “coleccionar” arte?

Es parte de un proceso. Lo que uno compraba hace 10 años, ya ahora no lo compraría. El gusto cambia. O muchas de las obras terminan pareciéndose. ¿Qué me motiva a mí? Creo que si uno compra una pieza de arte es testigo del tiempo.

¿Recuerdas la primera pieza que compraste?

Fueron piezas de amigos. En Medellín siendo diseñadora gráfica, tuve acceso a conocer muchos artistas entre ellos José Antonio Suarez Londoño. Una de las primeras obras fue de él.

¿Hay alguna mujer en el arte que te guste mucho?

Sí, Doris Salcedo y María José Arjona.

¿Por qué te llama tanto la atención el performance, si precisamente este no puede encapsularse en el tiempo?

Puede ser que es el contrapeso a todo lo que colecciono. Yo compro piezas que son importantes para mí, intento ponerme todo lo que tengo. Yo hago la ocasión para ponerme las cosas que me gustan. El vestirse es mi acción performática.

¿Qué le dirías a Gloria si pudieras devolverte en el tiempo 10 años?

MMM, pues depronto que fuera más arriesgada con el pelo. Que me lo cortara o algo. Toda la vida he sido de pelo largo. Pero no. Creo que siempre he sido muy fiel a mí. Hago lo que me dictan las cosas. Le diría: “Vamos bien”.

Eres una mujer que ha tenido la oportunidad de viajar mucho, ¿hay alguna ciudad con la que te identifiques?

¿Que me identifique? No. Como que dijera “aquí me gustaría vivir”, no. Siendo tan paisa, la familia y donde uno crece jala muchísimo. Medellín está en mi ADN. Hay muchas ciudades divinas, pero pues me jala Medellín. Lisboa me gusta bastante.

¿Cómo es la relación con tus padres?

Muy buena, de hecho mi mamá esta ahí en mi cuarto.

¿Qué admiras de los hombres?

Su practicidad y ese lado femenino “sensible”.

¿Hay algo que creas que sólo tenemos las mujeres?

Esta parte mágica y de bruja. Máxima sensibilidad. No soy muy esotérica o de energías, pero sí creo que somos mucho más receptivas.

¿Qué quisieras ser cuando grande?

Una gimnasta olímpica.

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Una canción Capullito de Alelí

Un libro Los libros de Tomás González. De esos que uno lee y vuelve a leer.

Un apodo que odiaste Me aterraba que me dijeran flaca.