La súper chispa, el Gran Trígono de Fuego
El fuego enciende, le da vida a una gran hoguera, sin fuego no anda la locomotora y sin fuego no se prende un caldero. Se le dice fuego a toda esa unión de partículas ardientes de materia combustible que son capaces de crear luz visible gracias a una reacción química de oxidación violenta.
En astrología el fuego representa el entusiasmo, la alegría, el optimismo y pasión; donde hay fuego hay chispa y chispa es lo que el cielo nos está regalando en este momento; un Gran Trígono de fuego.
El trígono es uno de los aspectos armónicos en la astrología, los planetas involucrados al formar un ángulo de 120° funcionan de una manera complementaria enriqueciéndose mutuamente. Los trígonos simbolizan armonía y una muy afortunada unión de ambas fuerzas. Los planetas involucrados estando en el mismo elemento trabajan bien juntos, generan una cualidad resonante.
Un gran trígono es un regalo del cosmos, es una configuración especial que pocas veces se da, cuando sucede es como si el Universo nos diera un empujón de magia. Es una de las configuraciones que se pueden dar en una carta astral, tres planetas conectados entre sí a través de trígonos forman un maravilloso triángulo equilátero, así pues los tres planetas transitan en el mismo elemento y en diferentes modalidades, salvo algunas excepciones.
Este bello triángulo exalta las cualidades del elemento dónde se encuentra, es una estado armónico que confiere estabilidad, a veces con tendencia a la inercia y falta de motivación, estos efectos se ven menguados si dentro de los planetas participantes se encuentran Marte y Júpiter, por ahora nos centraremos en el caso concreto que nos ocupa.
En nuestro firmamento se dibuja ahora un precioso triángulo, estamos ante la presencia de un Gran Trígono de fuego configurado por Urano y Venus en Aries formando un trígono con Saturno en Sagitario y con el Nodo Norte en Leo, estos a su vez forman un trígono entre sí.
Vamos a desarmar esta figura por partes para entender qué trae consigo para nosotros y cómo podemos usarla.
Urano ingresó en Aries en marzo del 2011 y estará ahí hasta el 2018. Urano, el mago del zodiaco y regente de Acuario, representa los grandes cambios y la independencia, la intuición y apertura a todo lo nuevo e inusual, es la rebeldía y también se le asocia con la astrología, Aries por su parte es la acción y los nuevos comienzos. Urano en Aries nos exige soltar limitaciones que podamos tener con respecto a ciertas ideas, nos invita a la innovación. Si aún les queda alguna duda echen un vistazo a cómo han sido los últimos seis años, cambio es lo que ha sobrado, ¿o no?
Por otro lado Venus, la diosa del amor y el deseo, también visita al signo del carnero. Venus entró en Aries el 28 de abril de este año y estará ahí por cuatro días más, es decir, hasta el 6 de junio. Venus además de representar la capacidad de amar valorar a través de los sentimientos también significa lo que más nos gusta de la vida y lo que nos produce aversión también, es el deseo por aquello que enciende el corazón y nos hace sentir vivos, acá se incluyen los talentos artísticos. Este tránsito fortalece nuestro espíritu para ponerlo todo afuera, con un poco de incertidumbre pero en general estimula el actuar por instinto. Venus en Aries es espontánea y viva, nos sentimos audaces y frescos.
Por su parte Saturno entró en Sagitario en el 2014 y estará ahí hasta el 20 de diciembre de 2017. El optimismo (Júpiter, regente de Sagitario) y el realismo (Saturno) pueden ser extraños compañeros de viaje, puede ser el balance perfecto para hacer nuestros sueños realidad no deprendiéndonos de ella, soñar con los pies en la tierra. Se beneficia la búsqueda de nuevas filosofías de vida, los estudios superiores y el trabajo duro y constante por alcanzar metas. Como dato curioso y muy pertinente para el caso debemos recordar que la última vez que Saturno visitó este signo fue en 1987, la afinidad armónica volvió a ocurrir, la ‘Nueva Era’ regresaba para quedarse trayendo de nuevo el interés hacia las prácticas indígenas y chamánicas.
El Nodo Norte en Leo nos invita a abandonar un poco el deseo de originalidad superficial (Nodo Sur en Acuario) en pro del desarrollo de nuestras propias capacidades y talentos (Nodo Norte en Leo) para ponerlas al servicio a la humanidad.
El Gran Trígono de Fuego
Estamos viviendo épocas de cambios, repentinos, inesperados, todos ellos serán fáciles de digerir en la medida en que abramos la mente y el corazón a nuevas formas de concebir la realidad, que empecemos a contemplar nuevas maneras de dejar nuestra huella a través de la explotación de nuestros talentos; este Gran Trígono, al ser de fuego, nos proporciona fe y seguridad para hacerlo, optimismo y determinación para alcanzarlo. Tenemos el impulso y la audacia de Venus en Aries para ir por lo que enciende la llama en nuestro corazón, tenemos la energía Urano en Aries para que lo impensable suceda, tenemos el Nodo Norte en Leo para sacar a la luz nuestros talentos y hacerlo útiles para la consecución del Bien Mayor, tenemos la disciplina y seriedad de Saturno en Sagitario para transitar el camino con madurez.
Este Gran Trígono nos da la posibilidad de darle chispa y propulsión a un deseo (Venus en Aries), a un talento increíble que nos haga únicos (Nodo Norte en Leo) relacionado con la inteligencia abstracta, podemos desarrollar una asombrosa capacidad para entrar en las aguas de la filosofía y el arte como medios para alcanzar niveles de sabiduría más elevados (Saturno en Sagitario), podemos ser capaces de transformarnos a nosotros mismos y al resto de la humanidad a través de una fe inquebrantable, todo esto produciendo en el cosmos cambios que ni siquiera llegamos a pensar que fueran posibles (Urano en Aries).
Les mando amor, no vinimos solamente a nacer, crecer, respirar y morir, tenemos una responsabilidad como personas y como comunidad de devolver al Universo el regalo que nos dio al haber tenido la oportunidad de vivir este presente y este magnífico instante cósmico, ¡fuimos llamados al cambio, a propiciarlo y a vivirlo!
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