Coloreando el cuadrado, la cuadratura ‘alimenticia’
¿Cuántas figuras caben en un cuadrado? El cuadrado es una figura geométrica que pertenece al grupo de los paralelogramos porque consta de 4 lados. Todos sus lados miden lo mismo, son paralelos de a dos por lo que sus ángulos internos miden 90°. Entonces, ¿qué podemos meter dentro de un cuadrado? Pues cuadrados.
La astrología es sabía (tal vez por esto en la antigüedad ningún emperador tomaba una decisión sin antes consultarla con el oráculo o en su defecto con un astrólogo), es un camino que permite, entre otras cosas, entender y trascender aquello que a simple vista parece ser un obstáculo; las cuadraturas son un ejemplo perfecto de ello.
La cuadratura es un aspecto poderoso, generalmente involucra signos que son incompatibles, da coraje y carácter pero es inarmónico, no es fácil trabajarlo, produce tensiones y bloqueos, es una limítate que claramente invita a la evolución porque también se asocia a la decisión y la acción por parte de quien la tiene; aquello que limita es aquello que hace crecer.
A diferencia de la oposición, en donde el conflicto es con otros, la cuadratura es una lucha interna, es un ‘temita’ a trabajar con nosotros mismos, es un aspecto que demanda un cambio de actitud profundo y rotundo frente a un tema en particular. A diferencia de la oposición, donde las energías están enfrentadas, la cuadratura actúa con propósitos distintos, las energías con las que trabaja este aspecto son diferentes más no opuestas, es decir, para lograr uno de estos objetivos habrá que dejar de lograr el otro pues persigue un fin diferente al primero, las energías involucradas en una cuadratura son tremendamente dinámicas, significadoras de grandes cambios y transformaciones. La cuadratura también se siente como una fricción o resistencia (Saturno), por ello trabajarla exigirá una posición definida, será mejor dejarse ir con los cambios que ella traiga consigo y no forzar, no hay de otra.
A diferencia de la oposición donde hay un ‘cara a cara’ entre una energía externa y otra interna, la cuadratura puede manifestarse de forma interna (totalmente), cuando no se comprende bien su naturaleza, o externa (totalmente), cuando la rigidez continúa solo porque, a pesar de que se es consciente de ella no se comprende qué la origina. La cuadratura, aun cuando se trabaje en ella, siempre producirá cambios y no tendrá estabilidad, es todo un reto.
Luna cuadratura Júpiter, ‘más y más’
‘Más y más’, hasta hay canciones con esa frase, parece ser un mantra que de manera inconsciente a veces uno predicara, sí, de manera inconsciente. El día de ayer cumplí años, como es normal en cualquier ser humano decidí empezar a trabajar de manera consciente una de mis cuadraturas. Digo consciente porque la he trabajado a través de vainas personales que tienen total relación con ella, es una nota descubrirlo y hablaré un poco de ello para ilustrarla y de paso ayudar a que, si alguien la tiene, pues no se corte la vena y más bien agradezca, se ría, trabaje y brinde por ella.
La astrología ayuda mucho en la medida en que sea dinámica y ejemplifique en la vida cotidiana, trabaja con arquetipos, puesta en la práctica es un arma poderosísima de sanación (suena divino en la teoría, en la práctica puede ser doloroso pero aliviador total).
Mi signo solar es Cáncer, me rige la Luna, es de esperarse que en mi haya bastante de emocional (además que mi ascendente es Escorpio); mi Júpiter está en Piscis (mucha emocionalidad, Júpiter expande la emotividad, la compasión y mal aspectado la auto indulgencia) y mi Luna en Géminis (psique emocional muy mental y racional, compleja, dual). Debo decir que durante mucho tiempo de mi vida tuve una relación ‘especial’ con la comida, toda la comida. Desde pequeña aprendí a llenar vacíos con ella, comía para la tristeza, comía por estrés, comía para celebrar, etc.
Ustedes dirán ‘Y bueno, ¿qué hay de malo en ello?’. Bien, comer no está mal, de hecho si uno no come se muere, la comida es necesaria para vivir y en exceso también mata, como todo, se supone que uno debería tener venir con ese chip y ya, ¿ven el más y más?
Pues bien, por eventos de la vida que no mencionaré ahora mi ‘chip de la comida’ venía medio averiado, viene de algo atrás, una especie de larva ancestral, no tengo la culpa de traerla pero si la responsabilidad de cambiarla; auto compasión sin auto conmiseración.
Viví así muchos años, desde pequeña mi peso siempre fue fluctuante, una época más ‘rellenita’, cuando comía sin parar; otra época más delgada, cuando ‘descubrí’ que podía adelgazar devolviendo todo lo que comía (hábito que logré dejar hace algún tiempo) y otra época parada en ‘las puras ganas de vivir’ ja, ja, ja, cuando descubrí todo tipo de drogas para suprimir el apetito (para rematar variadas, legales e ilegales) y no comía. En fin, me volví una dura en el tema de ‘adelgazar’ pero no era tan dura en aquello de la auto estima, tremenda ironía.
Hace par años me fui por allá a una de esas ‘cosas’ que uno hace para ponerse bien y alejarse todo, allá empecé a trabajar en el tema y bueno, el trabajo no ha parado, en aquel tiempo no estudiaba astrología ni sabía mucho del tema, hoy en día las fichas encajan y me da un respiro entenderlo, todos tenemos nuestras maricadas y acá vinimos a aprender a bailar con ellas, darles una palmada en la nalga y seguir. La cuadratura entre mi Luna y mi Júpiter explica mucho de lo anterior y no solo eso, ha sido una bendición y hoy la veo así, no es cómoda, aprieta medio feo cual salsa de Jerry Rivera pero ha sido un canal de transformación personal maravilloso.
Los aspectos entre la Luna y Júpiter, y más si son disonantes, están marcados por una fuerte tendencia al ‘más y más’, están muy relacionados con la entrega total a los placeres de todo tipo, sobre todo los de la mesa, de hecho, hay estudios de cartas astrales dónde se evidencia una relación entre personas que tienen este aspecto y al igual padecen algún tipo de trastorno con la comida, ¿por qué?
Bueno, dónde Júpiter se encuentre en la carta será un aspecto dónde tendremos ‘de más’, es la naturaleza de Zeus, la abundancia y la generosidad. Júpiter en Piscis se encuentra en regencia, vibra bien, hay mucha emotividad, benevolencia, gusto por el ocultismo y la psiquis (la astrología no viene en vano), hasta ahí todo bien. Al haber una cuadratura entre él y la Luna pues perseguirán caminos diferentes, habrá una tendencia a la poca moderación, hay una necesidad latente a conseguir ‘más’ lo que da como resultado en muchas ocasiones, el desarrollo de compulsiones y obsesiones; obsesión con el cuerpo (a esto sumado mi Saturno en la casa de mi Ascendente), obsesión con la comida… Los desórdenes alimenticios no son más que trastornos obsesivos compulsivos, la OMS define la bulimia como un trastorno mental de la conducta alimentaria, el temor a engordar y la falta de auto control sobre la alimentación, hace que los sentimientos y pensamientos determinen un estado anímico y mental que acaba en procesos depresivos.
Ahora que lo miro en retrospectiva pienso que más que enferma de bulimia estaba enferma del alma, , del espíritu y del corazón. Era una imposibilidad para manejar mi extrema sensibilidad que terminaba en comer de más para llenar ese mismo vacío (entre otras razones), una total desconexión con mi ser que acarreó épocas de crisis fuertes, conductas auto destructivas y de una u otra forma, un suicidio lento, lo que Freud define como pulsaciones de muerte.
El cambio
Como este artículo no es sobre la enfermedad sino sobre las cuadraturas pues hablaré del camino que decidí transitar para trabajar ésta en especial.
Hay que empezar por ser consciente de quién es uno y abrazar todo lo que ello implica, fortalecer las cualidades y dones, y pulirlas.
Hubo un día en que, viviendo en la selva, tomé la determinación de no alimentar más cualquier tipo de conducta mal sana con respecto a la comida, decidí que si en mí había algo de obsesión y compulsión con el tema, tomaría esta tendencia y la usaría a mi favor; si me quiero sentir bien con quien soy y como me veo debo empezar a abrazar lo que soy y si algo no me gusta cambiarlo de manera sana.
La cosa de empezar a colorear la cuadratura fue eso, reemplazar la obsesión nociva hacia la comida por una más amable, empecé poco a poco a hacer consciente el acto de comer y TOMÁRMELO MUY ENSERIO, volverme amiga de la comida porque la cosa es que sin comida no vivo, pasar del vivir para comer al comer para vivir. Tuve que empezar a hacer consiente de qué era lo que disparaba el hecho de querer vomitar y pues claramente era el hecho de atiborrarme en comida, mis idas al baño eran para sacar el exceso de comida que tenía, ello me generaba culpa, luego entender qué disparaba mis ganas de querer ‘más y más’ comida. Fui descubriendo que todo era el manejo que le daba a mis emociones, tremendo tema. Comer era una forma que había aprendido para hacerlo y no me culpo por ello, comer sin control para llenar vacíos o para manejar emociones. Había un punto en mis comidas en que sabía que debía decir ‘para’, pero como no me sentía bien pues no paraba y era una espiral oscura, un túnel sin regreso.
Todo este cambio consciente empezó a desencadenar cambios de hábitos (meditar, tomar agua, dejar de ver tanta basura en ‘la caja boba’, leer cosas lindas, respirar mejor, dejar de compararme) y posturas definidas frente al tema, me cree unas reglas que hoy en día las considero inquebrantables y son personales:
No vomito por nada del mundo (a menos que me haya bebido hasta el agua del florero la noche anterior ja, ja, ja).
Como para vivir y llenarme de energía y no vivo para comer y para reventarme (es un tema cultural también, sino miren una bandeja paisa ja, ja, ja, ¡y me la como toda!).
‘Concha, como sabes que eso te cae mal ¡mejor no lo comas! Empezar a comer más saludable, somos lo que comemos entonces si solo m#$%da nos metemos pues solo m#$%da vibraremos.
‘¿Quiero comer más y ya comí lo suficiente? Respira Concha’ (oigan además es por salud).
Si me gusta comer pues empezar a hacer ejercicio al menos tres veces a la semana COMO SEA.
De nuevo, ‘¿mucha hambre otra vez? Tome agua Concha’.
La autoestima empezó a crecer, ya el vómito no solo era un ‘mal hábito’, era algo que me iba a matar y pues ni más faltaba, si uno se quiere pues deja de hacerse daño, en resumidas cuentas el tema dejó de ser importante, dejó de ser una obsesión; mi nueva fijación fue empezar a cuidarme a través de lo que antes me generaba sufrimiento, la comida.
Centrarme en mis cualidades y fortalezas fue crucial (tanto físicas como cognitivas), ello hizo que mis falencias y las cosas que no me gustaban de mi misma fueran mucho más pequeñas, empezó a resultar más fácil amarlas y en su defecto cambiarlas.
Mi cumpleaños fue ayer, sigo dándome el regalo que decidí empezar a darme todos los días; amor, amor en la comida, amor para salir a correr, amor para sentir, amor para amar de manera sana, amor que me llene, amar para compartir y estar con alguien y no para llenar vacíos, amor para darme calidad de pensamientos y amor para dar la vida por mí misma.
Dedico este artículo a todos(as) las personas que padezcan de algún tipo de trastorno de este tipo, brindo por su valentía para enfrentarlo y les envío amor para irlo superando, ¡se puede! Avanti guerreros, el mundo es nuestro, el amor vencerá.
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