top of page

FÁTIMA VÉLEZ #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA


¿Quién es Fátima Vélez?

¿Quién es Fátima Vélez? Qué pregunta tan difícil… Pues, Fátima Vélez... Nunca he pensado en mí como algo externo, con un nombre, pensar en mí en tercera persona me da un poco de angustia, entonces voy a hablar en primera persona. Fátima Vélez soy yo, y yo soy mujer, mamá, escritora, estudiante, amiga, amante, cocinera. No sé si “yo” pueda ser definido por sus acciones, el yo es un tema en el que nos podemos quedar toda la vida, y no es el momento.

Me cuesta mucho trabajo hablar sobre mí, me cuesta mucho por ejemplo verme en fotos, oírme la voz en los mensajes de voz del whatsapp, incluso, leer lo que escribo, a pesar de que es en la escritura donde más “yo” me siento. Creo que escribo tratando de rozar eso que soy, tratando de desplegarlo, de exteriorizarlo, ¿de entenderlo? Y es raro porque a veces cuando leo lo que escribo digo: ¿De verdad esta soy yo? ¿De qué parte de mí sale esto que escribo? Siento que soy muchas cosas. Soy, en un primer plano, desde un punto de vista narrativo, esa que salió de una ciudad muy pequeña y muy conservadora, esa que creció con una mamá y una hermana, y que cuando cumplió 18 se fue a vivir con su papá. En ese momento mi vida cambió totalmente y empezaron una serie de aventuras y de cosas que contrastaban mucho con la manera en la que había sido criada, que fue una manera católica y restringida. Después, cuando me fui a vivir con mi papá, pues hubo mucha libertad, y no sé… siento que conservo mucho esos dos tonos, esos dos ritmos de vida, reflexiono mucho sobre el contraste entre estas dos crianzas y ahora estoy viviendo en Nueva York, donde he tomado un poco de distancia de mi pasado y de mi familia, y las dos ciudades en las que crecí y todas sus connotaciones. A partir de esta distancia que tomé he podido escribir mucho más, pensar mucho más en las cosas que yo daba por hecho cuando vivía en Colombia, por ejemplo sobre ser mujer y sobre ser mamá, y sobre ser escritora, entonces no sé si respondí a la pregunta de quién es Fátima Vélez, creo que todas esas cosas hacen parte de mi historia y supongo que la historia es parte de lo que configura la identidad, si es que la pregunta de quién es Fátima Vélez es una pregunta por la identidad.

Hay otro plano más abstracto de la configuración del yo, del que no soy muy consciente, pero que creo tiene mucho que ver con lo que escribo en mi poesía: mis deseos, mis miedos, mis inquietudes, mis desórdenes, mis sueños. Habría que hablar de todo eso para decir quién es Fátima Vélez, pero, ¿cómo se podría poner todo eso en palabras?

¿Cómo fue crecer en tu casa en todos estos contrastes?

Como te dije, yo crecí en una casa con mi mamá, mi hermana, éramos las tres, después mi mamá tuvo otro hijo y otra familia, pero finalmente mi mamá, mi hermana y yo fuimos como un triángulo por mucho tiempo. Cuando yo salí del colegio y me fui a vivir con mi papá pues se disolvió este triángulo y bueno. Mi papá tiene esta casa en Bogotá que tú conoces muy bien, que fue una casa que él planeó desde que era muy joven, desde incluso antes de que nosotros hubiéramos nacido. Él tenía esta idea de crear una especie de reino para que ahí habitara toda su descendencia y él tenía este proyecto utópico de que cada persona que viviera en este espacio tuviera su propio espacio y su propia vida, y al mismo tiempo pudiera verse con las otras personas cuando quisiera. Era como una especie de comunidad, como un “juntos pero no revueltos”, donde la convivencia fuera posible porque uno no tenía que verse con el otro si no quería. Mi papá no tenía muchas ganas de criar niños en ese espacio, entonces esperó a que todos creciéramos y nos fuéramos a vivir a Bogotá para estudiar en la universidad. El cambio fue impresionante, pasé de ser una adolescente con horas de llegada y con restricciones, a tener un espacio solo para mí y demasiada libertad. Igual supongo que eso le pasa a mucha gente cuando se va de la provincia a la capital a estudiar, la cosa es que en mi caso era la casa paterna en donde sucedían todas estas cosas.

Mi relación con esa casa sigue siendo muy especial, yo siento que esa casa de alguna manera ha hecho que yo sea lo que soy, tengo una conexión sanguínea con ella, la siento parte de mí, sin embargo nunca dejé de sentir que esa es la casa de mi papá, y creo que ese lugar está demasiado lleno de él… Como que te hace sentir todo el tiempo que esa casa es él… Pues para mí es un espacio muy hermoso, cinematográfico, poético, es un espacio que uno no puede dejar de contemplarlo y de deslumbrarse por él, pero al mismo tiempo es opresivo. Sentía que tenía que dejarlo para poder hacer mi propia vida y para poder tener una suerte de independencia, que es paradójico porque fue el espacio que me permitió ser independiente, pero después me di cuenta de que esa era una independencia ilusoria, creo que también uno tiene que despegarse de la casa de los papás para poder construir su propia vida.

Cuéntanos de tu familia “poco convencional”.

Yo siento que es una familia como cualquier familia, me refiero a la cotidianidad y a todo lo que significa tener hijos y levantarse todos los días para el colegio y hacer desayunos y tener una casa y mantenerla bien, limpia y sana. Es una familia que se formó en conversaciones de hace muchos años con mis amigos que son Pedro y Daniel. Por alguna razón nosotros teníamos muchas ganas de tener un hijo, y yo tenía la idea de que tener hijos con las parejas a las que uno ama siempre es un desastre, tenía una idea de que el amor hace muy complicadas las relaciones y cuando hay hijos de por medio eso se vuelve más complicado aún. Esta era una idea basada en el amor que había tenido mi mamá por mi papá y lo doloroso que había sido que mi papá fuera tan mujeriego, que le gustaran las mujeres muy jóvenes, que la hubiera dejado y que esto hubiera pasado con otras mujeres a quienes también mi papá les había roto el corazón, entonces creo que eso a mí me volvió bastante feminista, ese sufrimiento de las mujeres, de las mamás de mis hermanos y de mi mamá, y tenía un rechazo a la idea de tener un hijo en estas circunstancias. Pero también tenía muchas ganas de tener mi propia familia. Entonces sucedió en medio de conversaciones con Pedro y Daniel y en medio de la juventud, de situaciones locas… Era raro porque era una mezcla entre excesiva lucidez y excesiva locura y delirio. Yo en ese momento no era consciente de hasta qué punto estaba tomando una decisión, que no sólo iba a cambiar mi vida sino que era una decisión política. Yo estaba sin saberlo haciendo de mi vida un activismo político sobre la manera en que las familias son decisiones y no tienen que ser lo que pensamos que es una familia sino que uno puede crearlas. Creo que este tipo de vínculos que son decisiones y que se basan muchas veces en las experiencias dolorosas que uno ha tenido y que no quiere volver a repetir son posibles. Las personas deberían poder tener las familias y las relaciones que mejor les hagan, y este fue mi caso. Así empezamos esta familia Pedro, Daniel y yo… me da un poco de rabia la manera en que mucha gente la interpreta, como una cosa escandalosa, dos gays con una mujer, ¿y quién será el papá biológico? ¿Y tuvieron sexo los tres? ¿Y cómo? Me parece que ese no es el punto. Nuestra familia es hermosa y tiene unos vínculos y unas situaciones demasiado… no quiero decir perfectas ni utópicas, porque es una familia como cualquier otra, con sus problemas, sus crisis y sus cosas, pero es una familia muy sana, donde tratamos de expresar nuestros afectos y de no criar a nuestros hijos bajo regímenes de terror, gritos y amenazas, ni moralismos, sino tratando de ser las mejores personas posibles. Esta familia ha sacado lo mejor de nosotros y creo que es lo que deberían hacer las relaciones en general, sacar lo mejor de las personas.

¿Por qué haces pública tu situación familiar con tanta naturalidad?

A mí lo que me interesa de hacer pública nuestra situación familiar es sentar precedentes para que las personas se den cuenta de que pueden tener realmente las relaciones que quieran, o sea que lo vínculos no están limitados a hombre, mujer e hijos, que las familias se pueden extender y se pueden crear familias con los amigos, ¿qué mejor que eso? Uno no se lleva mejor con nadie en el mundo que con los amigos entrañables. Yo creo que cuando uno piensa en tener un hijo tiene que pensar muy bien en eso y si podría pasar el resto de la vida con esa persona. Y es que el amor pasional nos da la ilusión de que sí, pero cuando uno logra traspasar esa idea del amor pasional y se pregunta sobre cuánto podría pasar y hacer con esa persona… porque tener un hijo es eso, es pasar el resto de tu vida con alguien. Y a veces estas súper enamorado de una persona pero esa persona te maltrata o no te hace sentir bien y segura, y tener un hijo con una persona que es así, pensando en la posibilidad de que tal vez esa persona va a cambiar, no. Me parece que hay cosas muy enfermas en las maneras en que nos relacionamos y construimos nuestras familias. Y cada vez me estoy dando cuenta que mi familia fue una decisión política y me gustaría poder activarla hacia otras posibilidades, a que las personas puedan tener las familia que quieran, convertirme en una activista de la familia y eso es lo que ahora estoy tratando de hacer a través de mi escritura.

¿Esta familia poco convencional a la que te refieres ha tenido alguna influencia en tu escritura?

Todas estas ideas sobre los vínculos me han hecho también pensar en el lenguaje como un material que es modificable y que tiene que expandirse hacia otros territorios, entonces por ejemplo cada vez me interesan menos los modos convencionales de narrar, estoy leyendo literatura experimental en muchos sentidos y no necesariamente la más contemporánea, me interesa mucho la literatura que reflexiona sobre el cuerpo, sobre lo sensorial y sobre el género. Me parece hermosísima esa posibilidad de degenerar la literatura, o sea no necesariamente volverla críptica e impenetrable ni moralmente escandalosa, sino expandirla hacia otros horizontes de entendimiento. Si uno puede modificar la familia y lo está haciendo en los terrenos vitales también la literatura que uno escribe tiene que cambiar, está pidiendo otras extensiones y eso es lo que ha venido pasando y no sé qué fue lo que me llevo a qué pero creo que mi lenguaje literario y lo que construimos con mi familia están muy conectados.

Cuéntanos de tu trabajo como escritora y cómo el ser mujer se ha vinculado a tu trabajo.

Cada vez me estoy dando cuenta que hablo mucho desde una especie de rabia que tengo, como una especie de ironía sobre la manera en que me parece que toda la vida di por hecho que el espacio en el que había crecido no era un espacio machista, ¿sabes? Todo el tiempo di por hecho que las mujeres y los hombres éramos iguales, no empecé a escuchar mucho el tema de feminismo hasta que llegué a Nueva York, creo que en Colombia hay toda una estigmatización de la feminista y a la mujeres les da vergüenza declararse como feministas porque las empiezan a asociar como con histéricas, con que son lesbianas, marimachas, locas de facebook. Acá todo el mundo habla de feminismo de manera muy natural, incluso los hombres se declaran feministas. Yo sentía que no tenía las herramientas intelectuales necesarias para declararme feminista, y que venía de una país donde nunca me sentí discriminada por ser mujer… pero al mismo tiempo empecé a pensar, a atar cabos sobre la manera que había sido criada, incluso sobre mi propio papá, supuestamente es súper abierto, pero por ejemplo le encanta rodearse de mujeres y le encanta que lo sirvan… Entonces empecé a cuestionarme, tal vez ser mujer todavía no es lo que yo quisiera que fuera ser mujer, nuestra situación en la sociedad todavía no es clara. Digamos mi novio fue a visitarme el verano pasado a Colombia y se impresionó mucho que yo le respondiera a los hombres “señor”, como que te dicen Fátima no sé y tú dices ¿señor? Le impactó mucho eso y, claro, nosotros tenemos unas normas de costumbre y estamos muy sometidas a través del lenguaje y de comportamientos que están muy ahí aunque no nos demos cuenta. Entonces a partir de toda esta consciencia siento que mi escritura también ha adquirido una especie de despertar. Y te hablaba de una rabia que tenía y es la rabia de este despertar y te das cuenta que todo el tiempo has estado atontada y dormida, y esta rabiecita me la estoy sacando pero también creo que no puede ser una cosa de odio y de delirio y de ir diciendo cualquier cosa. Creo que tiene que haber una moderación y una capacidad de reflexión porque creo que es un tema complejo y tan enquistado dentro de nuestra sociedad que es muy difícil simplemente decir “es que los hombres en Colombia siguen siendo machistas y las mujeres seguimos siendo sometidas”, ¡no!, son cosas complejas, estructurales y difíciles, incluso de nombrar.

¿Qué te motiva a hacer lo que haces y a levantarte todos los días?

La escritura me motiva mucho y el impulso de crear y de… no sé, ordenar mis ideas. También ser mamá me levanta todos los días porque los niños están despiertos desde las seis de la mañana y creo que me ayuda mucho también esa vida cotidiana a mi propia escritura o sino creo que todo sería más caótico.

¿Qué crees que es lo mejor y lo más difícil de ser mujer, de ser mujer escritora y mamá?

Voy a pensar en voz alta. Me acuerdo que en una época, es que es tan absurdo… Como cosas que uno pensó en el pasado y dice “¡Uy! ¿Cómo me atrevía a pensar así?’”, yo me consideraba a mí misma como misógina, yo decía que a mí no me gustaba andar con mujeres sino que solamente me gustaba juntarme con hombres. Pero me di cuenta que realmente no. A mí me encantan las mujeres poderosas y me encanta conversar con mujeres y la manera en que las mujeres piensan, su sentido del humor, no sé, cuando uno se encuentra con una mujer y tiene estas relaciones súper entrañables y yo siento que he conocido mujeres así en todas partes del mundo, siento que tengo una cadena de amigas y de mujeres súper poderosas que a veces digo “donde todas estas mujeres nos juntáramos en algún lugar el mundo se convulsionaría”, porque son mujeres talentosas, inteligentes, rebeldes, que siempre han hecho lo que quieren, que no se dejan oprimir, o bueno, que a veces veo oprimidas y digo “como esta mujer que es tan maravillosa cae en una situación tan complicada”. Siempre me he preguntado eso y he visto a mis amigas caer en situaciones muy desgraciadas en las que yo misma he estado muchas veces y de las que he salido gracias a mis amigas. Pienso que hay un poder en el ser mujer que es impresionante, que me ha salvado a mí, la fuerza de mis hermanas y de mis amigas me ha sacado de las situaciones más difíciles y a mí me gusta también hacer lo mismo con mis amigas y siento que la manera en que yo saco a mis amigas de estas situaciones es a través de ser mujer, incluso muchas veces a mis amigos hombres también.

Entonces lo mejor es el apoyo y la capacidad de dar apoyo, amor y compresión, que yo he podido dar y que me han podido dar las mujeres que me rodean. Lo más difícil es vivir en un mundo que ha metido el machismo incluso en nuestra propia feminidad. El machismo no está solamente en los hombres sino en todas partes: en las mujeres, en las estructuras, en el lenguaje, en las instituciones. Me ha pasado que meterme en las conversaciones de hombres, y más cuando son hombres intelectuales, que han leído mucho y que creen que tienen la razón, me parece a veces muy complicado. Lo más difícil es tener que alzar la voz para ser escuchada entre la voz de los hombres. Admiro mucho a las mujeres políticas, en especial a Claudia López, me gustaría trabajar con ella en su campaña, no creo que Colombia esté preparada para una presidente así de inteligente, pero tengo demasiada fe en esa mujer.

¿Qué significa ser mujer?

¿Qué significa ser mujer? Yo creo que significa tener un poder increíble, una capacidad de creación, de intuición, de perseverancia, y valentía… Pero todas estas afirmaciones son peligrosas porque finalmente empiezan a catalogar lo que es ser hombre o ser mujer, a crear divisiones, a empoderar machismos y feminismos atroces, entonces no estoy segura de qué significa ser mujer, porque tampoco he sentido qué se siente tener un cuerpo de hombre y cómo se siente desde el territorio de un hombre. Creo que para poder responder a esta pregunta habría que saber qué significa ser hombre, no porque el hombre sea primero, sino porque si algo se define habría que pensar con respecto a qué se está definiendo. No creo que haya que detenerse en eso del significado. Más que el significado, creo que lo importante es ser consciente de cuál es nuestra posición, nuestros alcances, nuestras potencias, lo que queremos ser y no hemos podido ser no por limitaciones de “ser mujer”, sino por injusticias históricas que en este punto pueden ser resueltas si tomamos cartas en el asunto.

¿Crees que la mujer tiene un papel específico en la sociedad y que el sistema además podría tenerle miedo a la mujer?

Yo creo que el miedo puede ser contraproducente porque fue por miedo que se iniciaron estas cazas de brujas de la inquisición, por ejemplo. El machismo no es más que una manifestación de un miedo. Las mujeres estaban tomando mucho más poder y tenían más libertad y al tomar mucho más poder, hubo un fuerza opresora mucho mayor, no creo que deba generarse miedo porque el miedo lo que genera son opresiones. Yo creo que lo que las mujeres deberíamos hacer es tratar de desestructurar y desestabilizar estos discursos y estas cosas dadas por hecho de nuestra sociedad, incluso, la familia como algo dado por hecho. En mi caso y desde mi posición de mamá, mujer y escritora, a mí eso es lo que me interesa: que la estructuras familiares y afectivas dejen de ser cosas que ya están y no se puedan modificar, que es lo que intentan hacer personas como Vivian Morales y el ex Procurador, como que quieren mantener el status quo porque le tienen mucho miedo a ese cambio y a que ese cambio, que abre la posibilidad a otros tipos de familia y maneras de quererse, le quiten el poder político a los conservadores terratenientes de derecha, a la iglesia, a los patriarcados.

Entonces creo que el papel de la mujer en la sociedad es el de desestabilizar las estructuras que le conciernen, creo que si estamos hablando de esto es porque es algo que nos concierne, nos toca, nos da rabia, no lo estamos haciendo porque sí, sino porque hay algo que no está bien, es algo que nos molesta, nos estorba, nos incomoda. Si lo estamos haciendo es porque lo tenemos que hacer y porque estamos cumpliendo ese rol.

¿Qué es lo más transgresor que has hecho?

El libro que hice sobre los animales que me obligó a hacer cosas que fueron incómodas. Por ejemplo, vi mucha pornografía de animales, y escribir sobre cosas con las que no me sentía del todo cómoda. Además el tema de la pornografía para mí es todo un tema porque siento que es el espacio donde más se objetiviza y sexualiza a la mujer y al mismo tiempo es un espacio de placer tan libre que simplemente restringirlo y prohibirlo me parece que es contraproducente. Este libro que se llama Del Porno y las babosas ha sido lo más transgresor que he hecho hasta ahora. También a nivel del lenguaje. Digamos uno de los poemas es sobre el porno japonés con cucarachas, que es chistoso porque los japoneses pixelan los genitales pero las cosas que hacen son asquerosas, entonces te preguntas por su noción de lo prohibido y la vergüenza, por qué censuran los genitales y no las otras acciones que son más transgresoras que mostrar un genital.

¿Una lección que no olvidas?

La lección de preparar bien las cosas porque he cometido muchos errores por hacer las cosas a última hora, creo que tratar de preparar las cosas.

¿Un suceso que haya cambiado tu vida?

El nacimiento de mis hijos, mi vida es como si antes de eso no hubiera existido. Y no es necesariamente lindo porque es súper difícil y como queda el cuerpo después de eso es fatal.

¿Qué te emputa?

Me emputan los gritos. Odio los gritos y odio la violencia física. Pero también me emputa cuando un editor te cambia palabras sin consultarte, me emputan las injusticias pero eso es muy general.

¿Te sientes bella?

A veces.

¿Qué le dirías a Fátima si pudieras devolver el tiempo 10 años?

Le diría que tiene que trabajar más, ser más ordenada con su tiempo y que tiene que terminar lo que empieza.

¿Qué admiras de los hombres?

Me encantan las barbas, su olor, su presencia… me encantan los hombres. Y creo que me gustan mucho porque son otros, me dan demasiada curiosidad y me encanta seducirlos. Tengo una fascinación por entrar en ese mundo y jugar con ese mundo. Y creo que todo el feminismo de la igualdad es una mentira, sí somos iguales en tantos seres humanos pero somos súper diferentes, el respeto de esta diferencia es clave.

¿Dónde está tu masculinidad?

En mis ganas de querer ser hombre para poder sentir desde la piel de un hombre así sea por un día, me encantaría, tengo esa fantasía. También una de las cosas que me ha enseñado vivir con hombres o rodeada de estos dos padres ha sido no tomarme las cosas demasiado en serio. Una de las cosas que más me daba rabia de ellos es que todo el tiempo se burlaban de mis dramas, por ejemplo, me decían que yo era demasiado mujer y hacían el chiste típico “es que tiene la regla” y ese tipo de cosas. Incluso ellos que son los menos machistas y todo salían con esas cosas horribles… y como por defenderme de eso me volví súper práctica, ahora me genera reacción alérgica el exceso de drama, que no sé si sea una cosa femenina porque lo he visto en muchos hombres también, no sé… pero hay una practicidad que he visto en los hombres con los que me he rodeado de la que me he contagiado y me sienta muy bien, me ayuda a superar las cosas muy rápido y a no detenerme en estupideces. Tampoco lo describiría como algo masculino, es más bien lo masculino que he visto a través de los hombres que me rodean.

__

Una canción Hasta la raíz, Natalia Lafourcade

Un libro Orlando, Virgina Woolf

Un apodo que odiaste Casimira rosada

¿Qué es la sexualidad? Un lugar de exploración hacia nuevas/otras experiencias

¿El pudor? Anula

¿El aborto? Una decisión

¿La seguridad? Confianza

¿La felicidad? Se construye

¿La religión? Absurdo

¿La política? Consciencia

¿Qué te enamora? El desconcierto

Un sabor El de las algas

Una parte del cuerpo La lengua

Una frase “La oscuridad se ocupa de los miedos y nosotros de nuestra casa”

//

Gracias Fá por tu tiempo e historia.

@MyGrlStory

Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Black Instagram Icon
bottom of page