ANDREA SALDARRIAGA JIMÉNEZ #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA
¿Quién es Andrea?
¿Quién es Andrea Saldarriaga? Creo que todavía lo estoy descubriendo, la verdad. Soy una persona muy apasionada, las cosas en las que creo las creo ciegamente y poco a poco creo que se puede cambiar el mundo. Eterna estudiante. Los últimos 10 años de mi vida he estudiado. Y no solo estudiante por estar en una academia, creo que aprendemos todo el tiempo. De quien más aprendo es de mí misma.
¿Qué te motiva a levantarte todos los días?
(Silencio)… Mi trabajo. Yo creo que para mí el trabajo no está desconectado de mi vida personal. Yo quiero trabajar por la gente y para cambiar estereotipos. Saber que así se ponga difícil o hayan barreras, hay gente que necesita estar haciendo este trabajo.
¿A qué te dedicas?
Trabajo en un centro de pensamiento —Atlantic Council’s Adrienne Arsht Latin America Center, en Washington—. Lo que hacemos es estudiar diferentes tipos de políticas públicas en Latinoamérica. Hacemos consultorías en cómo pueden trabajar juntos gobiernos, empresas y la sociedad civil para enfrentar temas como: liderazgo de mujeres, anticorrupción, la implementación del proceso de paz (en Colombia) y ahora estamos trabajando mucho con la situación político-social en Venezuela. Es importante tener a los gobiernos involucrados en todos estos temas para que se geste un cambio.
¿Cómo ha sido entender a Latinoamérica viviendo fuera?
Creo que yo no conocía a Latinoamérica antes de salir de Colombia. Antes hacía parte de mi burbuja: mis amigos, familia, sociedad. Salirme me costo muchísimo. Tuve la fortuna de encontrarme con un mentor que me hizo entender que ser crítico es fundamental para poder entender qué está bien, qué está mal y cómo podemos actuar por nuestra región.
¿Hay algún tema que sea común en nuestra región?
Muchos de los problemas nacen en no respetar al otro en su diferencia. No valorar la diversidad, como aquello que nos hace únicos. Cuando se ignora que el otro es igual de importante a uno, hace que lleguemos a estos niveles de intolerancia y problemas. En Latinoamérica, específicamente, hemos tenido élites políticas y económicas que han manejado nuestros países durante largos períodos. Lo digo siendo parte de esa élite —he sido muy beneficiada al tener todas las oportunidades que he tenido, acceso a la educación, comida en la mesa—, sin embargo considero que el estar en esas élites no debe significar beneficiarlas. Por el contrario, tener en cuenta todo el espectro de la población.
¿Cómo viviste el proceso de paz fuera de Colombia?
Ha sido muy gratificante y a la vez causa de gran parte de mis tristezas. No apoyo cierto tipo de políticas o político en particular, pero aplaudo haber podido llegar donde llegamos tras 60 años de diferencias. Hay que empezar por algún lugar. Si miramos a Medio Oriente, podemos ver un problema que lleva sin solucionarse o querer solucionarse largos años y es muy triste. Saber que en Colombia hay una intención de cambiar el rumbo es importantísimo. Desde fuera, fue una gran ilusión saber que podía cambiar. Saber que se tendrán en cuenta a las víctimas, campesinos, y a todas esas personas que jamás el Estado ha escuchado. Sentí mucha fe —no hablo de la fe religiosa, sino de la certeza de que las cosas podían cambiar—. Pero, por el otro lado tristeza, el hecho que un tema así pueda dividir un país por formas políticas de pensar. No puedo creer que un tema que merece unirnos, nos divida. Politizar el proceso ha sido lo peor que ha podido pasarle al país y al proceso en sí.
¿Cómo fue el impacto del “No” del plebiscito?
Desde el punto de vista personal, ha sido la peor tusa que he tenido en mi vida. Duré una semana llorando, jalándome el pelo. Tenía el corazón partido. Es duro saber que no se le da la oportunidad a la paz. Sobretodo porque le he invertido mucho. Se sentía una perdida personal y social. Luego, desde mi trabajo, entiendo que a las personas aún les cuesta mucho perdonar, que todavía no entienden las causas del conflicto y no se les ha explicado en su totalidad cómo funciona el proceso: cómo se puede implementar, por qué es importante… Más allá de creer o no creer, siento que es poder hablar sanamente y sin agredirse sobre el tema. Definitivamente siento que falta trabajar mucho.
¿Cómo ves a las mujeres en el mundo? ¿Sientes que la mujer latinoamericana se encuentra en desventaja con otras mujeres del mundo?
A ver… La mujer es esencial en cualquier sociedad. Somos más de la mitad de la sociedad. Cuando hablamos de cualquier tema: valores, políticas, economía; si no las incluyes, definitivamente vas a generar soluciones que no van a dar los resultados. Las diferencias entre mujeres y hombres radica en que cada uno trae algo diferente a la mesa. No se trata de decir que la mujer es más importante, contrario a eso, considero que la mujer trae aprendizajes y agregan valor desde un punto de vista único, —el de las mujeres—. Si miramos las cifras a nivel mundial, considero que sí estamos en desventaja en Latinoamérica. Estamos quedados. Un mundo, donde de 3 mujeres 1 es violada… Nuestra región tiene de las tasas de feminicidio más altas en el mundo. En temas económicos, las mujeres somos sólo el 5% en la participación de toma de decisiones. Creo que acá se evidencia una pérdida de valores y una diversidad de ideas que podría ayudar a construir mejores naciones.
¿Cómo definirías lo femenino?
Hmmm. Lo femenino es lo que cada uno crea que es ser femenino. No creo que ser femenino solo sea para mujeres. El ser humano es dual. Yo tengo aspectos femeninos y masculinos. Estos roles son construcciones sociales. Si lo pienso, ser femenino para mí es ser fuerte, apasionada, que pelea por las cosas que le importan —en el buen sentido de la palabra—. También tiene que ver con mi sexualidad, la manera en como yo expreso lo importante para mí. Cada mujer y cada hombre lo pueden definir según sus experiencias.
¿Cómo ha sido el rol de tu mamá en tu vida?
TODO. Mi mamá fue una mujer que se quedó en su casa, que se levantó todos los días a darme desayuno y despedirme al colegio. Hoy la puedo llamar a las 3am y todavía es mi mejor consejera, amiga. En el por qué yo trabajo con temas relacionados a mujeres, la historia de mi mamá tiene mucho que ver. Mi mamá se divorció cuando era muy joven, y por esa razón, personas a su alrededor le dieron la espalda. Ella rompió un estereotipo de lo que era ser mujer en su época. Demostrar que con una hija de 2 años, podía trabajar y salir adelante, para mí es el mejor ejemplo.
Creo que otras mujeres en mi vida también han cambiado mi forma de ver el mundo. Hace poco una amiga me contó que hacía 8 años ella había sido víctima de violencia sexual. Yo creo que en ese momento, saber que una persona cercana a mi pasó por eso, que era parte de esos números, me hizo cuestionarme cómo podía trabajar para traer justicia.
¿Cuál sería el estereotipo que tú quisieras romper como mujer?
Personalmente creo que es el tomar mis propias decisiones. Independiente de lo que diga la sociedad o piense. Eso cuesta en una sociedad como la nuestra. ¿Por qué hay que sufrir siendo el diferente? ¿Por qué no ser igual a los demás y que nadie te critique? Pero creo que ahí está el reto. Yo tengo que complacerme y ser leal a mí misma. Profesionalmente, considero que hace falta romper muchos paradigmas. Ser mujer, latina, inmigrante, hace difícil que la gente te oiga.
¿Qué ha partido tu vida en dos?
El momento en el que decidí que quería ayudar a la gente. Estudié economía y administración, vengo de una familia donde casi todo el mundo está involucrado en negocios y decir "no quiero esto, voy a ayudar a la gente" hizo un quiebre. Quizá eso quiere decir que económicamente no te va tan bien, pero poder hacer lo que uno ama es importante. Por fin sentí que había un camino y un sentido. Algo por qué pelear y vivir.
¿Tienes un lado oscuro?
Creo que todos tenemos un lado oscuro (risas). No se cuál es el mío, quizá Phillip, mi pareja sería el más indicado para responder esta pregunta (risitas). Pero creo que en medio de mi positivismo y pasiones, a veces pierdo el norte. Creo que ver que el mundo no funciona, me afecta. Pensar que sola no voy a poder cambiar las cosas.
¿A qué te aferras cuando llegan estos momentos de contrariedad?
Tengo un libro que leí que me ayudó a cambiar mi rumbo profesional. Se llama El poder del ahora, The power of now en inglés. Fue entender que vivir en el presente te ayuda a entender el proceso de las cosas. Lo único real es el ahora, estar vivos y el potencial del momento. De hecho me lo tatué (sonrisa). Hay momentos duros pero siempre se logra salir adelante.
¿Qué cualidades admiras en las mujeres?
La resiliencia de las mujeres. En un mundo tan violento con la mujer, incluso hacia nosotras mismas, hemos podido seguir peleando por nuestros derechos y deberes. Admiro a cada una en su individualidad.
¿Qué consideras que nos hace falta?
Varias cosas. La importancia de involucrar a los hombres en estos temas. Si ellos son los que en mayoría toman la mayor cantidad de decisiones, es importante poder acercarnos a ellos y hablar del tema. Y como mujeres, seguir luchando por visibilizar porqué nuestro rol es fundamental. Creo que es entrenarnos en poder liderar mejor, si perdiéramos el miedo a eso, muchas más estaríamos participando en posiciones de liderazgo.
¿Qué entiendes por machismo?
Para mí machismo es creer que la mujer es menos en la sociedad por ser mujer, estar relegada a ciertos roles o a tomar cierto tipo de decisiones.
¿Qué admiras en los hombres?
La seguridad. Creo que en los espacios en los que me muevo, ellos se sientan y se apropian de las cosas. Creo que a las mujeres nos cuesta un poco más, quizá por nuestra historia.
¿Qué le dirías a la Andrea de hace 10 años?
La vida no es fácil (risas). La Andrea de hace 10 años era igual de apasionada, pero creo que uno a veces se deja bajar el ánimo porque cree que todo es perfecto. Lo que lo hace a uno fuerte es entender que las cosas a veces salen mal, pero que uno va a sobrevivir a eso. Quizá no saldrán como uno espera, pero salen.
¿A qué le peleas?
A los estereotipos de todo.
¿Cómo entonces se definen las cosas si todo es indefinible?
Las generalizaciones son importantes porque se tienen que crear categorías para poder entender qué cosas ayudan a cierto tipo de personas —en la política por ejemplo—. Pero incluso en la política, el generalizar es dañino si se olvida que hay excepciones y diferencias.
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Una canción Latinoamérica, Calle 13
Un Libro El poder el ahora, Eckhart Tolle
Un agüero Trato de no pasar el salero a nadie, para evitar conflictos
La sexualidad Libertad
El pudor Suciedad
La religión Esperanza
La política Herramienta
La seguridad Creer en tu valor
Un lugar El lago Atitlán, Guatemala
Un sabor Ácido
Una parte del cuerpo Ojos
¿Qué te enamora? Una persona que crea que puede cambiar el mundo
Una frase "El poder del ahora"
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Gracias Andrea por compartir un pedazo de tu vida y tu trabajo. Que sigas cambiando muchas vidas.
@MyGrlStory