LEIDY GÓMEZ #BOLDWOMAN #TODOPODEROSA
¿Quién es Leidy?
Es una pregunta difícil porque ni yo sé quién soy…Todo el tiempo estoy en permanente evolución y transformación, ando en un constante descubrir de quien soy. A veces soy una loca endemoniada, soy sensible, a veces muy llorona, pero me niego a lanzar definiciones porque no me gustan las etiquetas, los estereotipos. Es muy difícil hablar de uno mismo, soy lo que siento, soy lo que pienso, soy mis miedos y mis secretos. Mi mamá dice que soy su loquita y esa idea se la he venido comprando hace varios años.
¿Cómo llegas a la actuación?
La actuación es una carrera de locos, uno sabe que va posiblemente al abismo y por eso es una carrera que requiere mucha pasión. Quien quiere ser actor debe ser muy apasionado para poderlo lograr. ¿Y la manera cómo llegó la actuación? Llegó como una casualidad. Una de las casualidades más acertadas y reales que ha llegado a mi vida. No lo descubrí por mí sino por una persona que vio eso en mí y a esa persona le debo todo porque vivo para mi carrera.
Yo tenía una hermana que vivía acá en Bogotá y trabajaba en una fábrica de calzado y se hizo muy amiga de la familia de los dueños. Entonces en un diciembre, diciembre del 2011, los invitó a mi casa y estuvimos en la despedida de fin de año y para enero tenían un evento en Corferias en la que necesitaban a una chica que se calzara las botas para los clientes y me dijeron a mí. Yo encantada porque no conocía Bogotá. Inicialmente venía a Bogotá por una semana pero desde ese momento tomé la decisión de quedarme. Después de eso regresé a Medellín pero de visita.
Fue el administrador de la fábrica el que me dijo que estudiara actuación y a mí me quedó sonando. Empecé a investigar las academias aquí en Bogotá y tomé la decisión de estudiar. La primera clase fue una inducción y fue como si hubiera llegado la luz a mi vida. En ese momento tomé la decisión de que iba a ser actriz por el resto de mi vida.
¿Qué te llevó a tomar la decisión de quedarte en Bogotá?
No es que la haya tomado, se fue dando. Todo se fue acomodando, es como si el universo se hubiera acomodado para… Porque me han pasado cosas muy bonitas, he tenido mucha evolución desde el momento en que tomé la decisión. Realmente lo que me hizo tomar la decisión fue querer ser actriz, empezar mi primera clase de actuación. Tomar la decisión de quedarme en Bogotá dividió mi vida en un antes y un después. Bogotá es un monstruo que se lo quiere tragar a uno a comparación de Medellín, y estar en Bogotá y más a esa edad fue difícil, pero tomé la decisión y cambió mi vida completamente y ya de ahí vienen otras decisiones que he dicho: “bien Leidy”, pero esa es como la raíz de todo. Entonces también puedo decir que tuve la influencia o mejor, el apoyo de otras personas que me ayudaron a tomar la decisión de quedarme. Y aquí estoy hasta que la vida dé otro giro importante, ya veremos.
¿Qué te parece que es lo mejor y más difícil de ser mujer en el mundo de la actuación?
No siento que ser mujer haga que la actuación sea más fácil o más difícil. Lo mágico de la actuación es trabajar con uno mismo. Juliette Binoche, una de mis actrices favoritas, decía que ser actor es un deporte de alto riesgo; y por la enseñanza de mi maestro Alfonso Ortiz, aprendí que ser actor es ser atleta de las emociones. Todo el tiempo estás en función de lo que eres tú, de mostrar y descubrir cosas tuyas para prestárselas a un personaje y eso es lo que lo hace mágico y fascinante. Yo creo que eso es lo que más me encanta, poder prestar mis emociones y prestar también mi cuerpo a los personajes. La actuación para mí es como un orgasmo, es un lapsus de tiempo en donde te sientes pleno, creativo y experimentas muchas cosas que nunca en la vida habías experimentado.
Al mismo tiempo considero que el mundo de la actuación es difícil porque tiene muchas máscaras, mucha competencia, mucho ego. Es una lucha constante. Es muy difícil, hay roscas, es complicado entrar en ellas, es necesario tener contactos. Entonces uno siempre está tratando de buscar oportunidades y entrar ahí. Para mí, es más válido y más valioso cuando ven tu trabajo y te dicen “te quiero a ti”.
¿Cómo influye ese manejo de las emociones en tu vida cotidiana? ¿Manejas tus emociones todo el tiempo, por ejemplo?
¡Ojalá!... ojalá uno pudiera manejar sus emociones. Lo que quiero decir es que adquieres cierta inteligencia emocional, cuando conoces tus emociones tomas conciencia en la vida cotidiana de lo que está sucediendo. Cuando pasan ciertos sucesos los registras, como dice mi maestro Ortiz, en la caja negra y después los puedes llevar a la actuación y viceversa. Adquieres total conocimiento y manejo emocional. En mi día a día no controlo tanto mis emociones, los sentimientos vienen y van y es difícil controlarlos, pero actuando sí, mucho.
¿Vives el machismo en tu profesión?
Desde mi experiencia no he sentido el machismo, pero sé que en el medio si se cosifica mucho a la mujer, es feo saber que hay personas que se aprovechan de su profesión o de su cargo para vulnerar a la mujer.
¿Cómo fue crecer en tu casa?
Mi infancia fue en una vereda del pueblo Don Matías en Antioquia y el hecho de vivir en una vereda fue muy bonito porque crecí rodeada de animales, de ríos, de verdes. Yo exploraba muchísimo en la finca, me iba, quería cazar murciélagos, tirarme a rodar por la hierba, estábamos en el río, fue una infancia muy feliz. Casi no tengo recuerdos de la infancia, aunque recuerdo que jugaba mucho con mis seis hermanos. Y fue un constante cuidado, ellos me cuidaban a mí y yo a ellos, mi mamá nos cuidaba a todos, mi papá aunque estuvo ausente nunca nos ha dejado solos.
También recuerdo que desde pequeña adquirí muchas responsabilidades por el hecho de que somos una familia grande con tantos hermanos, somos cinco mujeres y dos hombres, entonces uno va cuidando al que es menor. Me tocó cuidarlos, darles tetero, lavarles el pañal porque usaban pañales de tela.
¿Qué le dirías a Leidy si pudieras devolver el tiempo 10 años?
Le diría: “toma la decisión de ser actriz ya” (Risas). Yo descubrí la actuación a los 18 años, iba a cumplir 19 y fue increíble, fue como… realmente sentí poder sobre mí y mis decisiones, empecé otra etapa de mi vida. Si lo hubiera descubierto a los 15 años… Eso me diría: “busca clases de actuación”.
¿Una lección que no olvidas?
He aprendido que ser independiente emocionalmente me puede ayudar a volar muchísimo, más en el sentido de pensar en mí completamente. Puede parecer egoísta, pero si no pienso en mí no puedo lograr mis metas, lo que quiero hacer. Ser libre y permitirme fluir sin apegos, esa es mi mayor lección.
¿Qué te emputa?
Me emputan las mentiras, me vuelven una loca (risas). ¡Sí!, me emputan las mentiras… y la injusticia.
¿Te sientes bella?
Me siento divina (Risas). Me siento yo, me siento única más allá de bella. Me amo como soy, que no sé quién soy, pero me amo tal cual.
¿Hay algo que admires de los hombres?
¿De los hombres?.... no sé. Es que cuando se dividen es como si tuvieran algo especial o diferente a nosotras y yo simplemente admiro a las personas dependiendo de cómo sean, cómo se comportan, de sus valores, principios, de sus locuras, sin pensar si es hombre o mujer. En mi caso no los puedo dividir.
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Una canción Ando ganas, Perota Chingó
Un Libro Del amor y otros demonios, Gabriel García Márquez
Un apodo que odiaste La mona
Un aguero No tengo
La sexualidad TODO
El pudor Intimidad
El aborto Una decisión
La felicidad Hacer lo que a uno se le dé la gana
¿Qué te enamora? La gente apasionada
Un sabor ¿los besos tienen sabor?
Una parte del cuerpo La clavícula
Una frase “No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.” (Virginia Wolf)
Conozca su trabajo en: https://vimeo.com/115452802
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Gracias Leidy por compartir tu tiempo y por compartir un pedazo de tu vida .
@MyGrlStory