Quirón, de la herida sale el remedio
Cuando a uno lo pica una serpiente es indispensable ir al médico y sacar el veneno, pues de éste se hace el antídoto para la cura. Así mismo sucede con los humanos, somos nuestros mejores sanadores, somos nuestro mejor remedio.
Todos tenemos una herida en lo profundo del ser que parece doler conforme pasan los años, a veces duele menos, a veces duele más, pero duele. Es una herida de la que, tal vez, a veces no somos conscientes, pero explica mucho de nuestros miedos y comportamientos. Puede definirnos por muchos años, pero reconocerla, aceptarla, abrazarla y empezar a curarla también nos define; nos podemos definir a través de su dolor o de su sanación.
La historia de Quirón es muy parecida a esa herida que llevamos, a él le tocó aprender a usar todo su poder curativo para poder sanar a la persona más importante de su vida, él mismo. Les presento a Quirón, el sanador herido que todos llevamos dentro. Quirón fue un centauro de la mitología griega, no como los Sátiros que eran bruscos y lujuriosos, él era más bien sabio, sobrio y civilizado. Quirón era un gran médico y oráculo respetado, era muy bien conocido por sus erudiciones en astrología y se dice que fue el primero de los centauros al ser venerado como profesor y tutor. Vivía por allá en una cueva del Monte Pelión, así como viven las heridas profundas, ocultas. Un día cuando Hércules lo visitaba hubo una pelea, éste por equivocación hirió a Quirón en un muslo con una flecha envenenada con la sangre de Hidra, causándole una herida incurable extremadamente intensa. Quirón era un médico excelso, inmortal, además. Pero irónicamente no podía curarse a sí mismo, podía curar a todos menos a él mismo.
Desde el punto de vista astronómico hay quienes dicen que Quirón es un planeta menor, otros lo identifican como un asteroide, el hecho es que es el primer miembro de una clase de objetos ya conocidos como centauros. A pesar de que fue llamado inicialmente Asteroide 2060 Quirón y clasificado como un planeta menor, más tarde exhibió un comportamiento típico de un cometa. Hoy en día es considerado un cometa y planeta también. Así pues Quirón es un mensajero cósmico, se mueve entre las órbitas de los grandes planetas (Saturno – Urano y Saturno – Júpiter), trayendo energías transpersonales procedentes del más allá, de vidas pasadas.
Quirón representa esa imposibilidad que tenemos todos de poder curarnos a nosotros mismos, es decir, la imposibilidad de auto sanarnos se extingue en el momento en que la herida es reconocida como tal, es una herida del alma, profunda. En astrología kármica, Quirón representa un dolor que llevamos de una vida a otra, muestra ese lugar dónde necesitamos ser sanados y dónde hay que abandonar el sufrimiento. Esta sanación no es como ir al médico normal, tal vez el proceso exija un descenso a nuestra propia oscuridad y la aceptación de la herida; abrazar ese dolor en lugar de rechazarlo es el primer paso para encontrar la sanación. Miren, para mí es fácil sentarme y hablarles de todas estas cosas lindas de sanación y astrología, me encanta y bueno, acá estamos, eso es una cosa. otra muy distinta es ir a poner en práctica todas y cada una de las cosas de las que hablo, soy fenomenal dando consejos y escribiéndolos pero debo admitir que cuando trato de ponerlos en práctica conmigo misma, la cosa ya no es tan mamey. Ese es Quirón, el sanador que llevamos por todas partes, sanando a cuanto ser, se atraviesa por delante pero impedido de sanarse a él mismo.
¿Y dónde está mi herida?
Una vez reconocido el hecho de que somos nuestros mejores sanadores y que, de una u otra forma estamos heridos, vamos a reconocer la herida, su procedencia y la forma cómo ésta funciona y se siente en cada quien. Reconocer una herida que está muy oculta dentro de uno, no siempre es fácil, hacen falta huevos y valor para verla, tocarla, aceptar su dolor y empezar a sanarla. La astrología es formidable en este proceso pues aclara de manera rápida estos interrogantes, el trabajo sucio de pasar gaza y Merthiolate es de uno, ¡qué vaina!
Quirón está representado en la carta natal con una K, el signo que ocupa Quirón señala la forma cómo intentamos curar la herida y de hecho, la forma cómo ésta viene a ser curada. La casa que ocupa Quirón muestra el área de la vida dónde podemos sentir con más rigor el dolor de la herida, un terreno en el que nos sentimos desubicados, inseguros y bloqueados. Como esto de la Astrología no funciona si no es práctica, pues les voy a mostrar con un ejemplo, mi carta. Yo tengo Quirón en Géminis (al igual que las personas que nacieron en mi año), mi herida está relacionada con la mente, la desconfianza que tengo frente a mis propios pensamientos y raciocinios, como si no confiara en lo que pienso. Es una herida que se manifiesta en el hecho de siempre sentir que no digo lo que pienso o que no he dicho todo, sentir que lo que pienso está mal o que no puedo comunicarme (es por eso que estar acá escribiendo sobre ello puede ser lejos de los procesos de sanación más duros y enriquecedores que haya afrontado, hablar de mi herida y comunicarla escribiendo), es ahí donde yace mi llaga: en mi mente y en mis procesos de comunicación. Mi Quirón está en mi casa siete, la casa de las relaciones. Durante toda mi vida el foco de mi existir han sido mis relaciones, y es ahí donde siempre me he sentido profundamente herida y donde mi dolor habla; siento que no digo siempre todo o no soy clara cuando hablo, muchas veces he sentido que mis relaciones tienen problemas por la forma en que me comunico (o no me comunico) en ellas, es esa área de mi vida dónde siento el dolor de mi Quirón. He ido curándola poco a poco (y sí que falta mucho), escribiendo y comunicando, escribiendo sobre ella y abrazándola, es la única forma qué he encontrado para sanarme, comunicar y hablar sobre esto, ¿ven?
No hay forma de sanar una herida si no se toca, no hay forma de apagar un dolor sino se reconoce, espero de todo corazón que, si no se atreven a tocar su raspadura, por lo menos se den el chance de verla y conocerla, el tiempo de sanación va llegando.
Avanti healers.
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